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C�SANOVAS, Mart�. Arte de
decadencia y arte revolucionario. Amauta: N� 12; p�g. 31. |
(543 |
Niega el valor del arte anterior, al ochocientos.
Y Durante el ochocientos la obra del artista fue afec�tada por la
tendencia a convertirla en un producto de mercado. El impresionismo
libera al artista de esta tendencia: pero llev�ndolo hacia la
excentricidad. El arte debe inspirarse en el esp�ritu de la
colectividad. |
|
�Vanguardismo y arte revolucionario:
confusiones. Amauta: N� 22; p�gs. 73-77. |
(544 |
Considera el vanguardismo como "�ndice de la
sen�sibilidad del novecientos"; y comprueba que se desen�vuelve
dentro de los "limites exclusivos de la es�peculaci�n art�stica y el
campo de la est�tica pura". "El arte revolucionario, el arte social,
consiste en la existencia de un nueva sentimiento moral, humano, que
se revela sin necesidad de cambiar de escena�rios, sin variaciones
tem�ticas. En consecuencia, sos�tiene que "una obra de arte,
insuficiente como tal, es insuficiente e inh�bil desde el punto de
vista re�volucionario"; discute la legitimidad del arte
re�volucionario, que s�lo se basa en el reflejo de una ideolog�a; y,
en fin, censura a los falseadores. |
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EGUREN, Jos� Mar�a. L�nea, forma,
creacionis�mo. Amauta: N� 28; p�gs. 1-3. |
(545 |
Importante, en tanto que contribuye a esclarecer
la ideolog�a est�tica de Jos� Mar�a Eguren. Estudia el valor que en
s� mismas tienen la l�nea y la forma, su capacidad de
interpretaci�n, y las modalidades que adoptan en las .diferentes
artes. Pero tal estu�dio no parece brotar de an�lisis, ni de
conocimiento profundo, sino de una prodigiosa intuici�n: por eso
tiene altura l�rica, y una alada ligereza. En su parte principal,
dice: "El creacionismo trata de deslindar en el hombre y la
Naturaleza el arte que les co�rresponde; aunque el primero, siendo
parte de ella, no pueda liberarse en la mayor�a de sus obras". O
bien: "El cubismo es el �lgebra de la mayor�a de las formas y puede
ser �l mismo un cuerpo emotivo o fant�stico, en alguna chef
d'oeuvre". Y: "Se ve ve�nir el dibujo metaf�rico". |
|
�Motivos est�ticos. Amauta: N� 29; p�gs. 21-23. |
(546 |
En torno a ese viejo concepto seg�n el cual la
be�lleza es Indefinible", Jos� Mar�a Eguren se remonta a discutir la
naturaleza del arte. "El hombre no llega a crear, s�lo compone e
inventa" �dice. "El arte es solamente una met�fora, y al artista se
le llama creador por semejanza". Pero se acerca a, precisar
diferentes estimaciones del valor de la belleza, a saber: "la
belleza debe ser suave", "la belleza es lo bueno como principio
puro, es la armon�a del mis�terio"; "la belleza es una s�ntesis";
"la belleza na�tural y la art�stica corren paralelas". Y estimando
el amor como "�nica raz�n de la vida", a�ade: "el amor es la cumbre
de la belleza y la primera virtud". |
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|
GROZ, George. El arte y la sociedad burguesa.
Amauta: N� 1; p�gs. 25-28. |
(547 |
Considera que ninguna �poca ha sido m�s hostil al
arte que la nuestra. En el cinema �por ejemplo�hay s�lo una mitad
del arte; la otra mitad debe aportarla un elemento de fineza, de
sensibilidad in�terior. El constructivismo y el dada�smo, como
expresiones de nuestra �poca, Situaci�n del artista en la sociedad. |
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|
GUTIERREZ NORIEGA, Carlos. Hacia una con�cepci�n biol�gica
del arte. Amauta: N� 20; p�gs. 40-51. |
(548 |
Ci��ndose a un riguroso plan met�dico, desarrolla
un sugestivo sumario, cuyos t�tulos dan fiel idea del contenido. A
saber: vitalidad, estados potencia-les y sistemas estructurales;
conciencia y subconcien�cia; el subconsciente, generador de lo
art�stico; el suprarrealismo; interior art�stico; evoluci�n del arte
f�ustico; las artes son unidades vitales y lo vital no admite
divisi�n: conclusiones. Considera que "lo verdaderamente
trascendente de la vida est� encar�nado en el producto an�mico" y
pretende que es po�sible encontrar en el arte un residuo de la vida
o la vida misma, es decir, la verdad de la �ntima na�turaleza de la
materia y del esp�ritu, que hasta hoy "son realidades en absoluto
ignoradas". |
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|
LUNATCHARSKY, Anatolio. El marxismo y el arte. Amauta: N� 31;
p�gs. 56-60. |
(549 |
Estimando el arte como "una superestructura
deter�minada que surge del armaz�n de las relaciones so�ciales de
producci�n", opina que puede surgir: ya "como expresi�n velada de
una ideolog�a", ya "como expresi�n de la vida industrial en s�
misma". Y luego estudia los siguientes temas: ideolog�a del arte; el
arte, organizador del pensamiento; el arte, or�ganizador del
sentimiento; el arte, reflejo de las �pocas. |
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|
MARIATEGUI, Jos� Carlos. Arte, revoluci�n y decadencia.
Amauta: N� 3; p�gs. 3-4. |
(550 |
"No podemos aceptar como nuevo un arte que no nos
trae sino una nueva t�cnica". "El sentido revolu�cionario de las
escuelas o tendencias contempor�neas est� en el repudio, en el
desahucio, en la befa del absoluto burgu�s", dice, para luego
deducir que la anarqu�a del arte revela disgregaci�n del esp�ritu
burgu�s, y que de ella habr� de salir un orden nuevo. |
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|
PAVLETICH, Esteban. �Oportunismo, desorien�taci�n o
reaccionarismo est�ticos? Amauta: N� 7; p�gs. 29-30. |
(551 |
Considerando el arte como una realidad social, juzga que la
disciplina partidarista no debe puntualizar el programa de la
actividad art�stica. |
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|
PORTAL, Magda. Andamios de vida, Amauta: N� 5; p�g. 12. |
(552 |
En sucesivos par�grafos, desarrolla los
siguientes temas: 19 Amauta y el arte de la vanguardia; 29 el arte
nuevo y la generaci�n anterior a la guerra; 39, el sen�tido vital de
las nuevas est�ticas; 49 el arte nuevo y las nuevas corrientes
ideol�gicas; y 59, el arte nuevo y los nuevos artistas. |
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|
SACO, Carmen. La altura, elemento est�tico. Amauta: N� 9;
p�g. 24. |
(553 |
Meditaciones est�ticas ante la Tour d'Eiffel. |
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UITZ, Bala. Arte burgu�s y arte proletario. Amauta: N� 4;
p�gs. 21-24. |
(554 |
Despu�s de puntualizar algunos conceptos sobre la
desintegraci�n del arte burgu�s, se�ala cuatro etapas en el
desarrollo del arte proletario: ut�pica, peque��o-burguesa
social-democr�tica, realista y reacciona�ria. En el arte burgu�s
distingue: peque�o burgu�s y gran burgu�s. Caracteres de cada uno. |
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PINTURA, ESCULTURA Y ARQUITECTURA |
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1: DEL PER� |
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ABRIL, Xavier. Cat�logo de la exposici�n de Julia Codesino.
Amauta: N� 27; p�g. 100. |
(555 |
Es una explicaci�n o interpretaci�n de los
princi�pales cuadros presentados por Julia Codesido en su exposici�n
de 1929. |
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|
ARTE peruano. Amauta N� 13; p�gs. 9-10. |
(556 |
Notas sobre la pintora Teresa Carvallo y los escul�tores Coello y
Laymito, al lado de los fotograbados que reproducen algunas de sus
obras. |
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|
ARTE peruano. Amauta: N� 15; p�gs. 9-10. |
(557 |
Apuntaciones, en torno a la obra pict�rica de Ricar�do Flores y las
esculturas de Carmen Saco. |
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|
CASSOU, Jean. Prefacio. Amauta: N� 13; p�gs. 33-34. |
(558 |
Escrito para la exposici�n de dibujos de Juan
Dev�s�covi y poemas de Xavier Abril, realizada en Par�s (1927) y
Madrid (1928). Tiene apreciaciones sobre el valor que caracteriza la
obra de cada uno. |
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|
CISNEROS, Fern�n. Discurso. Amauta: N� 19; p�g. 96. |
(559 |
Pronunciado en la fiesta ofrecida a Jos� Sabogal por la juventud
peruana de Buenos Aires, celebrando el �xito de la exposici�n que
realizara en dicha ciudad. |
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|
FRANCO, Alejandro. Labor: N� 10; p�g. 2. |
(560 |
Sobre la personalidad de V�ctor Valdivia D�vila y su obra pict�rica. |
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MARIATEGUI, Jos� Carlos. Jos� Sabogal. Amauta: N� 6; p�gs,
9-10. |
(561 |
"Sabogal es, ante todo, el primer pintor peruano � dice Mari�tegui.
Y luego insiste en el contraste que hay entre su reciedumbre y el
arte decadentista europeo; valoriza su personal manera de aprovechar
la t�cnica europea: y enuncia el significado de su arte. |
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|
�Julia Codesido. Amauta: N� 11; p�gs. 9-10. |
(562 |
Presenta a Julia Codesido, que a�n no conoc�a "el
aire mundano de las exposiciones. Comprueba su vo�caci�n art�stica y
valoriza someramente su obra. |
|
PEREZ REINOSO Ramiro. Vinatea. Reinoso. Amauta: N� 1; p�g.
31. |
(563 |
Trata sobre el paisaje, el rinc�n ciudadano y la
escena popular en los cuadros del pintor arequipe�o Jorge Vinatea
Rabioso. Su t�cnica. |
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|
SABOGAL, Jos�. Camilo Blas. Amauta: N� 3; p�gs. 21-22. |
(564 |
Tras unos datos biogr�ficos, ofrece una ligera Impre�si�n sobre el
valor sicol�gico de la obra de Camilo Blas. |
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SACO, Carmen. Sugestiones del arte de Julia Co�desido.
Amauta: N� 27; p�gs. 17-20. |
(565 |
Refiri�ndose a la exposici�n realizada por Julia
Co�desido, a fines de 1929, Carmen Saco precisa su va�lor y destaca
la atenci�n que la artista presta al indio. |
|
�La exposici�n de Valdivia. Amauta: N� 27; p�g. 99. |
(566 |
Juzga que V�ctor Valdivia D�vila es un paisajista pune�o que a veces
pone en la naturaleza sus propios sentimientos, que maneja con
bastante acierto el co�lor y la luz. |
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|
VALCARCEL, Luis E. Motivos ornamentales in�caicos. Amauta: N�
21; p�gs. 100-101. |
(567 |
Comenta la labor del maestro Rafael Tupayachl y, en particular, la
confecci�n de un �lbum en que repro�duce los motivos ornamentales de
la alfarer�a incaica. |
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2: DE AMERICA |
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ARCINIEGAS, Germ�n. El hombre, la bestia y la flor. Amauta:
N� 31; p�gs. 53-55. |
(568 |
En una visita a la pinacoteca neoyorkina de la
calle 57, Germ�n Arciniegas se detiene ante los dibujos de Thelma
Wood, "la muchacha que vivi� en el Afri�ca", que "dibuja con l�neas
puras, sin vacilaciones", y cuyo mundo "es un mundo en donde
florecen las jirafas y los elefantes, las orqu�deas y los p�jaros
submarinos". |
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|
CHURATA, Gamaliel. Posibilidad vernacular de la pintura de
Jos� Malanca. Amauta: N� 19; p�gs. 89-92. |
(569 |
Divagando en torno a la pintura de Malanca,
insin�a una serie de t�picos interesantes en cuanto a la
in�terpretaci�n del valor est�tico del nuevo arte ame�ricano, y dice
que su revoluclonarismo est� signifi�cado por una "transvaluaci�n de
la excelencia". Lue�go destaca la simplicidad de la t�cnica empleada
por Malanca, y la poderosa "influencia de la naturaleza sobre su
imaginaci�n". |
|
|
|
LATORRE, Roberto. El pintor argentino Jos� Am�rico Malanca.
Amauta: N� 18; p�gs. 55-59. |
(570 |
En primer lugar, define su concepto del "neoindio",
identific�ndolo con el mestizo renovador, y neg�ndole tal calidad al
indio culturizado y progresista. Luego enjuicia le obra pict�rica de
Malanca �a quien con�sidera como un "neo�ndio"�, destacando la gran
in-fluencia que en ella tiene la interpretaci�n de la naturaleza, y
el valor de la objetiva fidelidad con que la capta. |
|
�Las estilizaciones del pintor Guillermo Bui�trago. Amauta: N� 24;
p�gs. 93-94. |
(571 |
Guillermo Buitrago es un pintor argentino, y las
es�tilizaciones a que se refiere el comentario est�n Ins�piradas en
motivos aymaras o quechuas, ya remotos, ya actuales. |
|
|
|
MALANCA, Jos�. Antonio Guti�rrez. Amauta: N� 25; p�g. 56. |
(572 |
Breve apunte sobre el valor de un joven artista ar�gentino. |
|
|
|
RIGANELLI (El escultor argentino Agust�n). Amauta: N� 19;
p�g. 55. |
(573 |
Proporciona datos sobre el car�cter personal de
Riga�nelli, su biograf�a art�stica, y el valor de su obra. Por
�ltimo, una ligera interpretaci�n de sus motivos. |
|
|
|
ZAMORA, A. El pintor Abela. Amauta: N� 29; p�gs. 56-57. |
(574 |
Interpretaci�n de la obra del pintor cubano Eduar�do Abela,
"descubridor" del negro. |
|
|
|
MEXICO |
|
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|
CARDOZA ARAGON, Luis. Ensayo sobre el ar�te del tr�pico.
Amauta: N� 14; p�gs. 12 (y 31-36). |
(575 |
Elogia la capacidad intelectual y art�stica del
pueblo mexicano, refiri�ndose a una treintena de nombres
bri�llantes. Y luego estudia detenidamente la originali�dad de la
concepci�n tem�tica, la fuerza de expre�si�n, la t�cnica de la l�nea
y el color, y la importancia social de la obra del pintor Carlos
M�rida. |
|
|
|
CASANOVAS, Mart�. Jacoba Rojas. Amauta: N� 14; p�gs. 10-11. |
(576 |
Noticia sobre la pintora mexicana Jacoba Rojas,
en la cual se incluye interpretaci�n y valorizaci�n de su obra. |
|
�Cuadro de la pintura mexicana. Amauta: N� 19 p�gs. 37-50. |
(577 |
Estudia el academismo, y el valor est�tico de las
obras que tal escuela inspira; y al academismo �espiritualmente
pasivo y ligado a los intereses de la burgues�a�, opone el
impresionismo, como expresi�n art�stica in�dividualista,
protestatoria y lib�rrima, que nace con los progresos del
industrialismo y anuncia un nuevo orden social. Luego estudia la
evoluci�n de la pin�tura mexicana, desde el mediocre academismo de
la �poca porfiriana hasta las recias expresiones de la pintura
revolucionaria, inspiradas en el descubrimien�to de una realidad
social que permanec�a in�dita. Primero revelaron �stas un simple
inter�s est�tico, y m�s tarde se convirtieron en un motivo de
apasiona-miento: porque los artistas se identificaron con el
es�p�ritu de la revoluci�n, e hicieron de su arte un ins�trumento
que facilitara la propaganda; y porque el arte lleg� hasta el pueblo
en los frescos, en las escuelas libres de pintura y en las escuelas
de pintura al aire libre. |
|
�Cuadro de la pintura mexicana. Labor: Nos. 2 y 3; p�gs. 5-7 y 5. |
(578 |
�La pl�stica revolucionaria mexicana y las escuelas de pintura al
aire libre. Amauta: N� 23; p�gs. 47-50. |
(579 |
"Las Escuelas de Pintura al Aire Libre... han Iniciado la verdadera,
la genuina pintura mexicana". Est�n "abiertas a todos, sin
privilegios de castas ni de cla�ses", han puesto el arte al servicio
de las clases popu�lares, y "se�alan la verdadera y feliz
realizaci�n de la pol�tica e ideolog�a revolucionarias en el campo
art�stico". |
|
�Pintores mexicanos. Amauta: N9 24; p�gs. 76-78. |
(580 |
Aunque con un t�tulo de car�cter general, este
ar�t�culo es un comentario de extensi�n limitada: la obra pict�rica
de Juana Garc�a de la Cadena. Realista llena de precisi�n y
claridad, ofrece un arte "ingenuo, sincero, de una gran frescura,
jugoso, rebo�sante de savia", que adquiere un gran sentido racial
cuando en la tela impera la sensibilidad. |
|
|
|
FUENTE, Nicanor A. de la. Una exposici�n de arte
mexicano. Labor: N� 8; p�g. 7. |
(581 |
Sobre la exposici�n realizada en Chiclayo, por inicia�tiva de Mart�
Casanovas. |
|
|
|
GRUPO DE PINTORES �30-30! Segundo manifiesto
treintatreintista contra: I, los acad�micos; II, los covachuelistas;
III, los salteadores de puestos p�blicos; y IV, en general contra
toda clase de sabandijas y z�nganos intelectualoides. Amauta: N� 21;
p�gs. 82-84. |
(582 |
Es un manifiesto en el cual se mezcla el sentimien�to pol�tico a la
discusi�n de car�cter est�tico; y que sirve de �ndice para conocer
el notable renacimiento art�stico llevado a M�xico por la
revoluci�n. |
|
|
|
MAROF, Trist�n. En el atelier del pintor revolu�cionario
Fernando Leal. Amauta: N� 28; p�gs. 86-87. |
(583 |
Es una charla sin programa, cuyo desenvolvimiento muestra la calidad
humana de Fernando Leal. |
|
|
|
PAVLETICH, Esteban. Diego Rivera: el artista de una clase.
Amauta: N� 5; p�gs. 5-9. |
(584 |
Despu�s de enjuiciar la personalidad de Diego Rive�ra, trascribe los
conceptos que �ste emitiera sobre los siguientes t�picos: porvenir
del arte dentro de la sociedad capitalista; posibilidad y car�cter
del arte pro�letario; significado del cubismo y otras tendencias
pict�ricas; papel del artista en la sociedad; el arte mexicano y su
posible influencia sobre el arte de Am�rica; posibilidad del
surgimiento de artistas revo�lucionarlos en Am�rica. |
|
|
|
RIVERA, Diego. Autobiograf�a sumaria. Amauta: N� 4; p�g. 5. |
(585 |
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3:
DE OTROS PAISES |
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|
BAZAN, Armando. El Cristo de George Grosz. Amauta: N� 22;
p�gs. 54-56. |
(586 |
Define el significado social del arte de George
Grosz, y las influencias determinantes de su modalidad. Lue�go
justifica el t�tulo, describiendo el Cristo dibujado por Grosz y
haciendo una breve glosa del esc�n�dalo a que di� lugar su
publicaci�n. |
|
|
|
CANO, Baldomero San�n. Emilio Pettoruti. Amauta: N� 2; p�gs.
21-22. |
(587 |
Juzga que los paisajes italianos de Pettoruti
revelan un firme dominio de los valores pict�ricos; que no in�tenta
complacer ciertas tendencias o combatir deter�minadas formas de
arte; .que su pintura revela una "vuelta a la emoci�n". |
|
|
|
GASCH, Sebasti�n. Panorama de la moderna pintura europea.
Amauta: N� 20; p�gs. 28-32. |
(588 |
Dice: "Todo arte que ha conquistado una alta
cate�gor�a internacional, ha sido siempre un arte eminentemente
nacional; el arte llega a ser internacional a fuerza de
nacionalismo; a fuerza de racialidad". Cita los ejemplos de Pablo
Picasso, Joan Mir�, Marc Chagall y los modernos pintores mexicanos.
Y luego precisa los caracteres del arte europeo; "se mueve en un
plano estrictamente pl�stico, o t�cnico; "sus obras reflejan
�nicamente preocupaciones est�ticas". Por �ltimo, define los
Caracteres de la expresi�n espiritual y de las t�cnicas propias del
impresionismo, del cubismo y del superrealismo, cuyas obras "saben
hermanar maravi�llosamente la abstracci�n y la realidad, la pl�stica
y la poes�a, la raz�n y el instinto". |
|
|
|
MARIATEGUI, Jos� Carlos. Bourdelle y el anti‑Rodin. Amauta:
N� 26; p�gs. 51-52. |
(589 |
Reconoce en Bourdelle al "artista que condujo a la escultura a sus
principios, a la historia, a la regla trascendente". Al analizar su
Obra, dice: "en la obra de Bourdelle se entrecruzan y se yuxtaponen
las in-fluencias; Bourdele las asimila todas, pero a este tra�bajo
sacrifica parte de su personalidad; su obra es un conjunto de formas
greco-romanas, etc�tera". Encuen�tra en su estirpe de artesanos
escrupulosos, la causa determinante de su vocaci�n, de su maestr�a
de eje�cuci�n, y afirma: "m�s que la estilizaci�n, sus lo�gros son a
veces de realismo". |
|
�Ubicaci�n de Heinrich Zille. Amauta: N� 26; p�gs. 97-98. |
(590 |
Afirma que "la obra de Heinrich Zille se emparenta en el esp�ritu y
en el tiempo, con la de George Grosz", pero advirtiendo que la
perversidad y el vicio de la burgues�a presentada por Grosz, "en
Zille es a�n pri�mitiva, animal, rudimentaria". "Profundamente
realista, Zille no se propon�a sino reproducir tipos y ges�tos de su
tiempo". |
|
|
|
ORTEGA Y GASSET, Jos�. Figuras de la China. Amauta: N� 8; .p�g.
21. |
(591 |
Fragmento de "Las Atl�ntidas" (Suplemento N� 2 a la "Revista de
Occidente"). Trata sobre los Lojan del tiempo de Ling-Yen-Si. |
|
|
|
PETTORUTI, Emilio. Piero Marussig. Amauta: N� 22; p�gs.
70-71. |
(592 |
Hace una rese�a de la formaci�n art�stica y de la
ten�dencia pict�rica de Piero Marussig, a quien califica co�mo "uno
de los m�s fuertes pintores con que cuenta el 900 italiano". |
|
|
|
SACO, Carmen. Jos� de la Solana. Amauta: N� 12; p�gs. 12-13. |
(593 |
Ensayo de interpretaci�n, sobre la t�cnica y los per�sonajes en la
obra pict�rica del celebrado artista espa�ol. |
|
�Balance sumario de Bourdelle. Amauta: N� 26; p�gs. 54-56. |
(594 |
Su juicio sobre Bourdelle se sintetiza en la
siguiente expresi�n: "Carece de un color definitivo y perdurable,
porque su obra es la de un primitivo carente de emo�ci�n". Le
reprocha su escasa sensibilidad para captar los exponentes de
nuestra civilizaci�n. |
|
|
|
SARTORIS, Alberto. Arquitectura internacional. Amauta: N� 24;
p�gs. 38-43. |
(595 |
Expone las "consecuencias arquitect�nicas de las
t�c�nicas modernas, presentando �stas como una conse�cuencia de la
"invenci�n arquitect�nica racionalista". Aborda sumariamente los
problemas del urbanismo, y estudia la transformaci�n de los diversos
elementos de la expresi�n arquitect�nica. |
|
|
|
TAVOLATO, Italo. George Grosz. Amauta: N� 7; p�gs. 21-23. |
(596 |
Despu�s de recalcar la crudeza expresiva y el signifi�cado social de
los dibujos de George Grosz, concluye: "La s�tira de Grosz es un
espejo ardiente que refleja, quem�ndola, el alma burguesa. |
|
|
|
DANZA |
|
|
|
ADAN, Mart�n. Nota contra Josefina Baker. Amauta: N� 13; p�g.
21. |
(597 |
Humor�sticamente, manifiesta su extra�eza frente
al "Elogio a miss Backer", compuesto por Enrique Pe�a Barrenechea.
V�ase: 184. |
|
|
|
VILLAVICENCIO, V�ctor Modesto. El charleston y nuestra �poca.
Amauta: N� 5; p�g. 36. |
(598 |
|
|
MUSICA |
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|
1: DEL PERU |
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|
|
GARCIA, J. Uriel. La m�sica incaica. Amauta: N� 2; p�gs.
11-12. |
(599 |
Explicaci�n en torno a las ra�ces hist�ricas y
sociol�gicas de la huanca, el harawi, el huaino, la kjashua y el
hayarachi. "La m�sica india no es explosi�n sentimental de la
desesperanza": es la m�sica de ese estado de esp�ritu que oscila
entre la realidad y la fantas�a. |
|
|
|
PRADO, Julio del. M�sica y poemas de Carlos S�nchez M�laga.
Amauta: N� 30; p�gs. 101-102. |
(600 |
|
|
WIESSE, Mar�a. Mercedes Padrosa, pianista me�diterr�nea.
Amauta: N� 26; p�g. 98. |
(601 |
�El violista Andr� Sas, elemento para nuestra cultural musical.
Amauta: N� 26; p�g. 99. |
(602 |
|
|
2:
DE OTROS PAISES |
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ABRIL, Xavier. Orientaci�n de la aguja l�rica. Amauta: N� 19;
p�gs. 56 (y 73-74). |
(603 |
Da a conocer la l�rica emoci�n que invade el
�nimo cuando se escucha la m�sica de Prokofieff, Strawinsky y
Debussy, Ravel y Erik Sati�. |
|
|
|
WIESSE, Mar�a. Escalas. Amauta: N� 8; p�gs. 12 (y 33). |
(604 |
Apuntaciones sobre: la obsesi�n de un vals; despu�s del concierto
(de Mozart); paisajes musicales (de Ed�vard Grieg); por qu� amamos a
Beethoven. |
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�Momentos cerca de Schubert. Amauta: N� 19; p�gs. 74-75. |
(605 |
Es un recuerdo de Schubert, sugerido por un retrato y la audici�n de
su m�sica |
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�"Panorama de la musique contemporaine", por Andr� Coeroy. Amauta:
N� 20; p�gs. 99-100. |
(606 |
�"Chopin ou le poete", por Guy de Pourtales. Amauta: N� 22; p�gs.
99-100. |
(607 |
�Dos libros sobre Beethoven. Amauta: N� 99 p�gs. 102-103. |
(608 |
Se refiere a: "Vie de Beethoven" por Eduardo Herriot; y "L'element
flamand dans Beethoven", por Ernest Closson. |
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RECITACION |
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ADAN, Mart�n. Blanca Arnaudt. Amauta: N� 11; p�g. 16. |
(609 |
Interpretaci�n l�rica del efecto art�stico logrado por la recitadora
de este nombre. |
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C I
N E M A |
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FALSIFICACION sistem�tica de los films yankees (La). Labor:
N� 4; p�g. 4. |
(610 |
Sobre "La tempestad", por John Barrymore. |
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WIESSE, Mar�a. Los problemas del cinema. Amauta: N� 12; p�gs.
24-25. |
(611 |
Se refiere a los siguientes problemas: el industrialismo en la
producci�n cinematogr�fica; teatralizaci�n del cinema; los
escenarios propios; y, el cinema como medio de educaci�n art�stica.
De paso, cita las "grandes obras" de la �poca y elogia a Chaplin. |
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�"Le cinema sovietique", por Le�n Moussinac. Amauta: N� 23; p�g.
104. |
(612 |
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Charles Chaplin |
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ABRIL, Xavier. Radiograf�a de Chaplin. Amauta N� 20; p�gs.
73-76. |
(613 |
Esta radiograf�a �desenvuelta en 37 aforismos�
con�tin�a en "Dif�cil trabajo" �v�ase (987�. Sugieren
va�lorizaciones de los elementos art�sticos que "forman" a Chaplin,
pero sin seguir un raciocinio. Se inspira solamente en cierta
inspiraci�n po�tica, y por eso se presentan juntos el acierto y el
capricho. |
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�Dif�cil trabajo. Amauta: N� 28; p�gs. 27-30. |
(614 |
Contin�a la "Radiograf�a de Chaplin" �v�ase
(613�, pero apart�ndose de la forma afor�stica y desenvol�viendo
temas escogidos. Trata sobre: la cena de Char�lot; el sentido sexual
ante Charlot; Charlot como tipo; el movimiento del alma ante
Charlot; Chaplin y la historia. |
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FRANK, Waldo. Retrato de Charles Chaplin. Amauta: N� 26;
p�gs. 29-37. |
(615 |
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MARIATEGUI, Jos� Carlos. Esquema de una ex�plicaci�n de
Chaplin. Amauta: N� 18; p�gs. 60-61. |
(616 |
Rehabilita la trascendencia humana del artista,
colo�c�ndolo al lado de pol�ticos y escritores, y luego ex-plica los
aciertos de creaci�n que significan "En pos del oro" y "El Circo".
Dice: "Para llegar a la m�s honda y" pura humanidad, al m�s puro y
callado drama, Chaplin necesita absolutamente de la pobreza y el
hambre del Charlot, la bohemia de Charlot, el romanticismo y la
insolvencia de Charlot" y Charlot "es un peque�o Don Quijote, un
juglar de Dios, hu�morista y andariego". "La tragedia de Chaplin, el
humorismo de Chaplin, obtienen su intensidad de un intimo conflicto
entre el artista y Norte Am�rica"; "los gerente de Hollywood, como
bien se sabe, lo estiman subversivo, antag�nico". Y Chaplin asiste
"a la humanidad en su lucha contra el dolor", "con�curre a la
miserable felicidad de los hombres, m�s que ninguno de sus
estadistas, fil�sofos, industriales y artistas". |
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MENDOZA, Humberto. "El Circo" de Charlot. Labor: N� 7; p�g.
3. |
(617 |
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FILOSOFIA |
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ESTUDIOS CRITICOS |
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IBERICO RODRIGUEZ, Mariano. Los dos misticismos. Amauta: N�
3; p�g. 4. |
(618 |
"Existen dos concepciones extremas de lo
absoluto: la que lo identifica con el ser, y la que lo identifica
con el devenir". "Cada una de estas concepciones de�riva de una
cierta' experiencia". |
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LENIN, Vladimiro, Ilich. El kantismo, criticado de derecha e
izquierda. Amauta: N� 22; p�gs. 1-8. |
(619 |
Capitulo del libro titulado "Materialismo y empiriocriticismo". |
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PEREZ REINOSO, Ramiro. "El nuevo absoluto", por Mariano
Iberico Rodr�guez. Amauta: N� 1; p�g. 37. |
(620 |
Distingue un inquieto y cordial sentimiento humano en la filosof�a
de Iberico, y lo define como bergsoniano. |
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PESCE, Hugo. Poe, precursor de Einstein. Amauta: N� 13; p�gs.
24-25. |
(621 |
Sugestiva comprobaci�n de las ideas filos�ficas
de Ed�gar Alian Poe; su concepto sobre la certeza contrasta�ble de
los axiomas euclidianos, su desprecio por el valor probatorio de la
simultaneidad, sus conceptos so�bre el infinito y el espacio.
Coincidencias con las afir�maciones de Einstein. |
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Posteriormente trascrito en "Peruanidad": N� 6; Lima, abril-mayo de
1942 (p�gs. 472-474). |
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WIESSE, Mar�a. El ni�o y el sentido de lo ma�ravilloso.
Amauta: N� 5; p�gs. 33-34. |
(622 |
Freud y el psicoan�lisis |
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DELGADO, Honorio. Por qu� nos gustan los ojos. Amauta: N� 2;
p�gs. 27-28. |
(623 |
�La rehabilitaci�n de la interpretaci�n de los sue�os. Amauta: N� 7;
p�gs. 7-12. |
(624 |
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FREUD, Sigmund. Resistencias al psicoan�lisis. Amauta: N� 1;
p�gs. 11-13. |
(625 |
Puntualiza, en primer lugar, los aportes
positivos del psicoan�lisis. Y luego presenta las resistencias como
oposici�n al contenido de la doctrina, en tanto que choca con
sentimientos potentes. |
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GUILLEN, Alberto. "Sigmund Freud", por Honorio Delgado.
Amauta: N� 1; p�g. 38. |
(626 |
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GUTIERREZ NORIEGA, Carlos. Hacia una concepci�n biol�gica del
arte. Amauta: Nos. 20 y 22; p�gs. 40-51 y 17-31. |
(627 |
Ci��ndose a un riguroso plan met�dico, desarrolla
un sugestivo sumario, cuyos t�tulos dan fiel idea del contenido. A
saber: vitalidad, estados potenciales y sistemas estructurales;
conciencia y subconciencia; el subconsciente, generador de lo
art�stico: el suprarrea�lismo; interior art�stico; evoluci�n del
arte f�ustico; las arte son unidades vitales y lo vital no admite
divisi�n; conclusiones. Considera que "lo verdaderamente
trascendente de la vida est� encarnado en el producto an�mico" y
pretende que es posible encon�trar en el arte un residuo de la vida
o la vida mis�ma, es decir, la verdad de la �ntima naturaleza de la
materia y del esp�ritu, que hasta hoy "son realidades en absoluto
ignoradas". |
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PESCE, Hugo. "La psicoan�lisis", por E. Morselli. Amauta: N�
10; p�gs. 78-79. |
(628 |
Hace una comprensiva s�ntesis del libro comentado, remat�ndola con
un juicio cr�tico. |
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FILOSOFIA SOCIAL |
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BARRET, Rafael. El esfuerzo. Amauta: N� 10; p�g. 8. |
(629 |
Es una breve filosof�a de la vida, que se
aproxima al nihilismo: "m�s vale deformar que repetir, antes
des�truir que copiar". Pero incita a la difusi�n del verbo y de la
acci�n, haciendo de cada hombre un ap�stol: "nuestra misi�n es
sembrar los pedazos de nuestro cuerpo y de nuestra inteligencia",
pues "existimos en cuanto nos damos". |
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BUKHARIN, Nicol�s. Breves notas sobre el pro�blema de la
teor�a del materialismo hist�rico. Amauta: N� 25; p�gs. 37-45. |
(630 |
Desarrolla el siguiente sumario: 1�, lo
"mec�nico" y lo "org�nico"; 2�, dial�ctica y teor�a del equilibrio;
3�, teor�a del equilibrio y fuerzas productivas; 49, relacio�nes de
producci�n; 5�, superestructura e ideolog�a, estructura de las
superestructuras; 6�, independencia de las superestructuras con
relaci�n a la base; 7�, las superestructuras en tanto que esferas de
trabajo di�ferenciado; 8�, el modo de representaci�n y los
prin�cipios que forman la vida social; 9�, materializaci�n de los
fen�menos sociales; y 10, la ley del per�odo de transici�n y la ley
de la decadencia. |
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ORREGO, Antenor. Racionalismo y revoluci�n. Amauta: N� 6;
p�gs. 1-2. |
(631 |
Sobre el pensamiento y su actividad creadora. Opina que encierra
voluptuosidad el cultivo del pensamiento por el pensamiento mismo.
"La pura racionalidad es est�tica y reaccionaria"; "s�lo crea
entelequias muer�tas". "La raz�n debe ser, ante todo, historia
humana". |
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��Qu� es una filosof�a? Amauta: N� 27; p�gs. 1-3. |
(632 |
Despu�s de afirmar que la cultura americana ha
co�piado, en sus diversos aspectos, a la cultura europea, y no ha
sido sino su repetici�n, define la naturaleza de la idea; y d� �sta
se remonta a la filosof�a. En cuanto a la idea, la abstrae de la
vida. Y fij�ndose, pro�bablemente, en su propia consistencia
espiritual, dice: "La idea carece de ritmo, de vibraci�n y de
elo�cuencia personales; es ahist�rica, neutra, ambigua y hasta
cierto punto, vaga e indefinida". Pero si la idea carece de
elocuencia personal no es l�gico afirmar que: "el objeto esencial de
una filosof�a es expresar el estilo de un hombre y de una �poca, la
manera de reacionar de una raza frente a los enigmas del Universo". |
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|
PLEJANOV, Jorge. Socialismo ut�pico y socia�lismo cient�fico.
Labor: N� 10; p�g. 6. |
(633 |
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MISCELANEA FILOSOFICA |
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NU�EZ, Estuardo. Meditaci�n del circo. Amau�ta: N� 17; p�gs.
58-59. |
(634 |
Peque�a filosof�a de la vida: "la carpa es un mundo; "el circo es la
vida misma". |
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|
ORREGO, Antenor. El canto del hombre. Amauta: N� 2; p�gs.
3-4. |
(635 |
Prosa filos�fico-literaria, en la cual se incita
a vivir para el conocimiento, el amor, el dolor y la belleza, que
son caminos para acercarse a Dios. |
|
�Apuntes para una filosof�a o interpretaci�n del pensamiento.
Amauta: N� 4; p�g. 17. |
(636 |
El error de la filosof�a: "Valerse de la raz�n
para cons�truir conceptos". La funci�n de la raz�n: "instrumen�to
del pensamiento y nada m�s". Elastizamiento o dilataci�n del
concepto raz�n |
|
�Dios encadenado. Amauta: N� 11; p�g. 10. |
(637 |
Opone las elevadas facultades del hombre y su
capa�cidad de intuir lo infinito, con la pasividad y la con�formidad
sin destino que caracterizan al animal. Y, enfrent�ndose al concepto
de Dios, concluye que el hombre es s�ntesis de lo divino y de lo
animal, por conocer lo absoluto y estar clavado a la tierra. |
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RELIGION |
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ABRIL, Xavier. Nota en contra del fallecimiento. Amauta: N�
24; p�gs. 94-95. |
(638 |
Ataca los intentos de ciertos te�sofos para
propagar su doctrina en Am�rica. Les opone las tendencias
so�cialistas del continente, y la necesidad primaria de luchar por
el cuerpo. |
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|
GOBETI, Piero. Nuestro protestantismo. Amauta: N� 24; p�gs.
12-14. |
(639 |
Pregunta: "�Qu� cosa se debe entender cuando se
dice que Italia no ha tenido su Reforma y que en la ausencia de la
protesta est�n las razones de su inma�durez ideal y pol�tica?". Pero
advierte que las ten�tativas m�s serias de herej�a en Italia
corresponden al per�odo de la libre y pr�spera actividad de las
comu�nas". Y concluye: "el protestantismo en Italia debe batirse
contra la econom�a parasitaria y la unanimi�dad peque�o-burguesa, y
debe buscar en los obreros educados en la lucha libre y en la moral
del trabajo los cuadros de la herej�a y de la revoluci�n
demo�cr�tica". |
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|
MARIATEGUI, Jos� Carlos. "L� agonie du chris�tianisme", por
Miguel de Unamuno. Amauta: N� 1; p�gs. 35-36. |
(640 |
Despu�s de analizar el pensamiento de Unamuno
sobre el cristianismo y la historia, concluye: "Marx est� m�s cerca
de Cristo que el doctor de Aquino". |
|
�Nota. Amauta: N� 16; p�g. 20. |
(641 |
Sin firma. Puntualiza los puntos de vista de
Amauta sobre "La Nueva Reforma", defendida por Julio Na�varro Monz�.
V�ase 1033. |
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MAYER DE ZULEN, Dora. El problema religio�so en Hispano
Am�rica. Amauta: N� 10; p�gs. 59-62. |
(642 |
Refiri�ndose a las reformas religiosas llevadas a
cabo en M�xico, y a la misi�n que all� tienen los misioneros laicos,
se pronuncia por la nacionalizaci�n de la Iglesia. Combate el
protestantismo, porque en �l ve un ins�trumento que puede ser
aprovechado por el imperia�lismo yanqui para ejercer influencia
sobre las masas indias. Y cree, finalmente, que "la Iglesia Cat�lica
es nuestro baluarte" por el "sentido de la adaptaci�n" adquirido en
su larga vida, |
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MENESES, R�mulo. El hebra�smo y las bases s�quicas de la
historia. Amauta: N� 11; p�gs. 25-27. |
(643 |
Se refiere a Spengler, Keyserling y Wells, al estudiar diversas
teor�as sobre las coyunturas hist�ricas. Habla del cristianismo como
un movimiento m�s o menos universal, suscitado por sentimientos
abstractos, y califica como "rebelde, nacionalista y fan�tica" a la
raza jud�a, al describir los precedentes sociales e his�t�ricos de
la �poca en que naci� Cristo. Luego pre�tende hacer una s�ntesis del
"agonismo hebreo", to�mando como referencia el apostolado cristiano;
y pre�senta los aspectos sobresalientes del cristianismo hebreo
contempor�neo. |
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NAVARRO MONZO, Julio. La nueva reforma. Amauta: N� 16 p�gs.
17-20. |
(644 |
Estima que el cristianismo debe reformarse para evitar su
desaparici�n; y explica esta necesidad, apoy�ndola en la
comprobaci�n del cambio experimentado por "nuestros conceptos de
Dios, de la oraci�n, de la Biblia, de la Iglesia y de Cristo". |
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WIESSE, Mar�a. San Francisco de As�s y nuestro siglo. Amauta:
N� 2; p�g. 39 |
(645 |
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