OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI |
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EL ARTISTA Y LA EPOCA |
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EL CENTENARIO DE TOLSTOY1
El primer centenario del nacimiento del Con- de Le�n Tolstoy nos invita a todos, con m�s o menos instancia, a un momento de meditaci�n tolstoyana. La Am�rica Latina es uno de los continentes espirituales que menos ha sentido el ascendiente de Tolstoy. Sabemos que de esto no es posible hacerle un m�rito. Tolstoy no ha penetrado en el esp�ritu latinoamericano por defecto de sensibilidad. La Am�rica sajona pod�a, por razones de vitalidad capitalista, mostrarse poco permeable a la pr�dica del autor de La Guerra y la Paz. La moral puritana o jud�a le bastaba como fermento espiritual en su desarrollo capitalista. �Qu� se iba a hacer un pueblo de pionners, con el mensaje de un patriarca rural eslavo, �speramente hostil a la civilizaci�n industrial y urbana, orientalmente impregnado de ideas budistas y tao�stas2? Tolstoy en Norteam�rica no habr�a tenido la fortuna de Williams James, de Ralf Waldo Emerson, ni de Walt Withman. Habr�a sido un rudo caso de soledad y de protestas a lo Thoreau. Latino Am�rica, agraria y colonial, le ha resistido por otras razones: por negligencia espiritual e intelectual, por ca�rencia de preocupaciones religiosas, por sensua�lidad tropical. El veneno de todos los decaden�tismos, nos ha hallado m�s propicios. Tolstoy ha llegado tarde a nuestra conciencia. Vasconcelos es, quiz�, el �nico portador de su mensaje. Tolstoy est� presente y operante, sobre todo, en Asia. Romain Rolland acaba de agregar a su Vida de Tolstoy un cap�tulo sobre "la respuesta del Asia" a su llamamiento. Gandhi, el Mahatma hind�, es el continuador del pensamiento tols�toyano. La relaci�n entre Tolstoy y Gandhi que�d�, hace tiempo, perfectamente esclarecida. Ro�main Rolland anexa a su nuevo cap�tulo una carta escrita por Tolstoy a Gandhi dos meses. an�tes de su muerte. En esta carta, que saluda con j�bilo los albores del gandhismo, Tolstoy formu�la, en t�rminos definitivos, el evangelio de la no-resistencia al mal. La pol�tica gandhiana de la no cooperaci�n no es sino la aplicaci�n a la lucha del pueblo hind� de la doctrina de la no resistencia. Uno de los mayores movimientos na�cionales contempor�neos, lleva as� inscritos �n su bandera los lemas de Tolstoy. No debatiremos aqu� con qu� eficacia: queremos s�lo registrar, lac�nica y objetivamente, el hecho. La siembra de Tolstoy en Oriente, seg�n ahora se estudia, fue m�s extensa y profunda de cuanto se sospecha. Tolstoy tuvo siempre la mirada dirigida al Orien�te m�s que a Occidente. Sus ideas religiosas y filos�ficas se nutrieron abundantemente de la tradici�n asi�tica. Sus corresponsales y amigos de la India, China, el Jap�n, ganaron, a lo que pa�rece, su predilecci�n. Pero, como est� tambi�n averiguado, ning�n ascendiente iguala acaso al de Rousseau en la formaci�n ideol�gica del fuerte labriego de Yas�naia Poliana.3 Por su filiaci�n rousseauniana �no anulada por una amorosa asimilaci�n del pensa�miento de Lao Tse, Buda, Krishna y aun Ma�hom� Tolstoy pertenece, en gran parte, a Occi�dente, donde su influencia intelectual es consi�derable, por mucho que su agreste acento de campesino eslavo se avenga poco con el esp�ritu activista y citadino del europeo moderno. La civilizaci�n occidental est� habituada a superar estas contradicciones, en virtud de las cuales San Francisco de As�s y Juan Jacobo Rousseau no son menos suyos que Nietzsche y Karl Marx. La historia ha querido que tocase a una revoluci�n marxista honrar en Rusia a Tolstoy, en su primer centenario. Los Soviets se han comportado noblemente en esta fecha universal y rusa. Lunatcharsky, Ministro de Educaci�n P�blica, ha .formado parte del comit� de conmemoraci�n. La experimentaci�n de las ideas pedag�gicas de Tolstoy en Yasnaia Poliana, es uno de los homenajes rendidos a su memoria. Una edici�n completa de sus obras, de la cual cuida su �ntimo amigo Chejov, se cuenta entre las empresas editoriales del Estado ruso. M�s, si se aprecian bien las cosas, no hay nada de ir�nico en esta solemne conmemoraci�n del ap�stol de la no-resistencia, por un gobierno socialista, obediente a la fatalidad hist�rica de la violencia. La Revoluci�n Rusa no se ha mostrado nunca avara de su reconocimiento con ninguno de los grandes hombres que, por diversos caminos, prepararon la revuelta moral del pueblo ruso contra el viejo r�gimen. La deuda de Rusia a Tolstoy encuentra en el poder a los esp�ritus mejor dispuestos a pagarla. Los marxistas rusos est�n unidos a la civilizaci�n oriental, exactamente por el lado opuesto que Tolstoy. La realizaci�n de su ideal depende del empleo de la ciencia y la t�cnica occidentales, no menos que de una concepci�n energ�tica, activista y operante de la vida. El capitalismo no puede ser superado y vencido con otras armas. Tolstoy, campesino y arist�crata, �ntimamente, no pod�a comprenderlo. Rusia, para realizar su revoluci�n, ten�a que decir oportunamente adi�s a la doctrina tolstoyana, sin renegar a Tolstoy, que tan definitivamente queda insertado en su historia. La mayor�a de sus comentadores reconoce en la literatura rusa dos personalidades dominantes: la de Tolstoy y la de Dostoievsky. Un cr�tico de la nueva Rusia, Ilya Ehrenburg, ha escrito que, en las nuevas generaciones, el ascendiente de Tolstoy es, ciertamente, mayor que el de Dostoievsky, contra lo que se entretienen en suponer, en sus arbitrarias conjeturas sobre el fen�meno bolchevique, gentes incapaces de concebir sino una Rusia m�s o menos neur�tica. La literatura de estirpe dostoievskiana refleja, en mi opini�n, la neurosis de una burgues�a retardada, que no lleg� a encontrar su equilibrio en el poder pol�tico. La literatura de Tolstoy, tiene un esp�ritu diverso. Dostoievsky dec�a que las obras de Turguenev y Tolstoy, por bellas que fueran, eran una literatura de pomietschik; esto es, de terratenientes. Por lo que toca a Tolstoy es evidente que, aunque su genio rebasara muchos l�mites, sabe clasificarlo como la sublimaci�n de la vieja aristocracia. Si no conserv� el alma del terrateniente, como pretende la frase de Dostoievsky, conserv� el alma y los gustos del campesino. Y si la Rusia, a pesar de
su revoluci�n obrera y marxista, es a�n principalmente un gran pa�s
campesino, son sin duda muchas y muy frescas las ra�ces que Tolstoy
conserva en su memoria.
NOTAS:
1
Publicado en Variedades: Lima, 15 de Setiembre de 1928.
2
El tao�smo es una doctrina filos�fico-teol�gica china, predicada por
Lao Tse. Tao en chino significa sendero, camino.
3
As� se llamaba la finca de Tolstoy.
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