OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

EL ARTISTA Y LA EPOCA

  

  

EL LIBRO Y LAS AVENTURAS DE FERNANDO OSSENDOWSKI1

 

La cr�nica literaria del a�o �ltimo contiene una estruendosa an�cdota editorial: el proceso del libro Bestias, Hombres y Dioses del profesor polaco Fernando Ossendowski. Una revisi�n su�maria de las piezas de este proceso puede inte�resar a nuestro p�blico. El libro de Ossendowski, lanzado en el mercado espa�ol con el mismo es�tr�pito que en los dem�s mercados, es ya un li�bro asaz conocido entre nosotros. Al menos entre las personas enteradas de las novedades litera�rias. El Sol, de Madrid, public�ndolo como folle�t�n, ha concurrido a darle una extensa difusi�n hispano americana.

Bestias, Hombres y Dioses apareci�, en el curso del a�o, traducido a las principales lenguas eu�ropeas, en las vitrinas de todas las grandes li�brer�as de Europa Occidental. El t�tulo bastaba para atraer la atenci�n de la gente que busca, en la literatura contempor�nea, manjares nue�vos y extra�os. �Bestias, Hombres y Dioses? No pod�a llamarse as� un libro com�n. El men� de las casas editoriales ofrec�a inequ�vocamente, en este caso, un plato ins�lito. La faja que ce��a el volumen anunciaba una �odisea ver�dica m�s in�teresante mil veces que los viajes de Marco Po�lo�. El p�blico no pod�a dudar de que se encontraba ante una "gran atracci�n" del a�o literario.

Todos los detalles de la presentaci�n eran de factura norteamericana, cosa muy natural. El suceso del libro hab�a sido cuidadosamente preparado en los Estados Unidos. Mr. Lewis Stanton Palen, su editor y traductor al ingl�s, organizaba y dirig�a la r�clame, aplicando a esta empresa todos los procedimientos de la t�cnica yanqui.

Bestias, Hombres y Dioses pasaba por un producto m�s o menos polaco o, mejor a�n, eslavo; pero en realidad, editorialmente, se trataba de una mercader�a norteamericana. La marca de f�brica registrada dec�a: Copyright by Lewis S. Palen.2

Pero estas circunstancias, un tanto disimuladas, no impresionaban el apetito del p�blico, �vido de saciarse del "plato del d�a", sin muchos escr�pulos respecto a su cocina. El tema del libro ten�a todas las seducciones posibles de tiempo y de lugar. Se trataba de las bizarras y terribles aventuras vividas por un sabio polaco en el ca�tico y abstruso Oriente, invadido y estremecido por el bolchevismo. En el mundo del espeluznante relato se reun�an, y se combinaban, los elementos m�s adecuados para excitar y cautivar el gusto del p�blico moderno: eslavismo, orientalismo, budismo, ocultismo, misticismo, bolchevismo. Y todos estos ingredientes, sagazmente dosificados, no eran esta vez servidos en una novela de verosimilitud sospechosa, sino en un diario de viaje, con tono de documento cient�fico e hist�rico.

�Esta serie de aventuras terribles y apasionantes �escribe Mr. Lewis S. Palen, en la introducci�n del libro� parece a ratos demasiado audaz en sus colores para ser real, o siquiera posible, en nuestra �poca. Yo debo, por consiguiente, advertir al lector, desde un principio, que Fernando Ossendowski es un sabio y un escritor cuya experiencia y h�bitos de observaci�n minuciosa son una garant�a de exactitud y de verdad�. Bestias. Hombres y Dioses estaba escrito, adem�s, en el estilo, aunque sin la precisi�n, de un diario de viaje. Y, para que no le faltase ning�n atributo de seriedad, los editores hab�an cuidado de anexarle una carta geogr�fica de la Siberia, la Mongolia, el Tibet y la Manchuria, con el itinerario de la odisea de Ossendowski marcado en rojo.

El libro habr�a conservado por mucho tiempo este prestigio, si los hombres de ciencia europeos, poco satisfechos de la garant�a norteamericana, no hubiesen denunciado la calidad de la manufactura. Ossendowski fue acusado de mistificaci�n y de impostura por las cr�ticas, casi simult�neas, de tres profesores de diversas nacionalidades y diferentes ciencias. El doctor George Montandon escribi� una refutaci�n geogr�fica del relato de Ossendowski, remarcando y analizando, con incontestable competencia, la inverosimilitud de var�as jornadas del fabuloso viaje del profesor polaco, fugitivo de la Siberia bolchevizada. Las distancias indicadas por Ossendowski eran, en no pocos casos, escandalosamente err�neas; y el tiempo en que Ossendowski pretend�a haberlas recorrido �165 a 185 kil�metros diarios, a caballo y por �speras rutas� aparec�a completamente inaceptable. Sven Hedin, de Estocolmo, autor del libro De Pek�n a Mosc�, descubri� en Bestias, Hombres y Dioses errores hist�ricos y geogr�ficos de gruesas proporciones. Y el profesor Wendling, de Ludwigsburg, contest� toda la cronolog�a del libro en una requisitoria formulada con minuciosidad implacable y tudesca. Los traductores y editores de Ossendowski ensayaron d�bilmente algunas maniobras de defensa. Mas Ossendowski, acosado por sus cr�ticos, que lo trataban de impostor, charlat�n y alucinado, tuvo que retroceder ante el ataque. �Mi libro �confes� en una carta del 22 de noviembre al Journal Litteraire3� es una novela que yo no me habr�a permitido jam�s presentar a una sociedad cient�fica. Bien pod�a yo haber escrito este libro sin antes haber visitado nunca ni la Mongolia ni el Tibet�.

El episodio m�s interesante de este proceso se desarroll� en la redacci�n de la revista Nouvelles Litteraires,4 de Par�s. Ossendowski y su acusador el doctor Montandon comparecieron, en la redacci�n de esa revista, ante una improvisada Corte de Assises.5 El doctor Montandon, en el rol de Fiscal, pronunci� una rigurosa y documentada requisitoria. Pierre Benoit y Henri Massis hicieron de abogados del acusado. Y Ossendowski se atrincher� en el argumento de que su libro no constitu�a un relato cient�fico, insistiendo, naturalmente, como no pod�a dejar de hacerlo, en la realidad de sus aventuras y andanzas. El acta de la reuni�n, redactada con sagacidad y eclecticismo muy franceses, establece que �la obra de Ossendowski, como �l mismo lo ha declarado a las Sociedades geogr�ficas de Par�s y de Londres, as� como a otras Sociedades, no es de orden cient�fico, sino una obra compuesta de elementos relativos a impresiones personalmente vividas o a relatos recogidos por el escritor�. Agrega el acta que �contrariamente a las deducciones sacadas por M. Montandon de la cronolog�a del libro, M. Ossendowski mantiene que ha estado en el Tibet (parte Norte), lo que M. Montandon contin�a contestando�.

El verdadero car�cter de Bestias, Hombres y Dioses, qued� as� fijado. El se�or Fernando Ossendowski, profesor de Ciencias Exactas, ingeniero de minas, t�cnico en cuestiones industriales, no ha escrito, como sus editores y traductores trataban de hacer creer al p�blico, un relato cient�fico e hist�rico de su vida en Mongolia y el Tibet, sino, como al inter�s de los mismos comerciantes y del propio escritor polaco conven�a, un relato novelesco e imaginativo. En este g�nero, el profesor polaco ha debutado con un sonoro �xito editorial y con alg�n �xito literario. Las escenas de la Mongolia del libro de Ossendowski son interesantes. Mucho m�s interesantes que las escenas del terror bolchevique en Siberia y Mongolia, escritas con una intenci�n demasiado evidente y vulgar de detractar a los bolcheviques. El profesor Ossendowski ha tratado, a este respecto, un argumento explotado con m�s imaginaci�n por muchos escritores de la prensa sensacional y folletinesca. Y, en cuanto al viaje al Tibet, literariamente resulta tambi�n inexistente. No hay en el libro ninguna escena viviente, ninguna emoci�n vigorosa de este viaje de cerca de tres meses por ese pa�s abrupto, misterioso e inasequible. Ossendowski pasa como sobre ascuas en esta parte de su aventura. Lo que me mueve a creer, no obstante todo lo que su viaje tiene de imaginario, que la imaginaci�n literaria de Ossendowski es bastante modesta y limitada en sus creaciones. Las mejores impresiones del libro son, sin duda, las m�s verdaderas. La figura del Bar�n Ungern von Sternberg es la �nica que vive patentemente en algunas escenas de Bestias. Hombres y Dioses.

�Por qu�? Probablemente por haber sido la m�s ver�dicamente comprendida y reflejada. Los hechos mediocres, los hechos inventados, carecen de vida. La realidad se ha vengado de Ossendowski en la ficci�n.

Ossendowski, sin embargo, alentado por el �xito de Bestias; Hombres y Dioses, se propone escribir otras novelas. El n�mero de marzo de Europe trae una entrevista de un escritor de esa revista, en la que el profesor polaco declara: �En Polonia los editores se han preguntado si no podr�a suministrarles libros de viaje y de aventura. Tengo la intenci�n de escribir relatos sobre Marruecos, despu�s sobre el Africa Central, despu�s sobre la Am�rica del Sur y las islas de Ocean�a).

El escritor de Europe responde a Ossendowski, reconoci�ndole el derecho incuestionable de adoptar este g�nero literario; pero neg�ndole el derecho a que una casa editorial lo clasifique entre los exploradores, y levante cartas de sus viajes imaginarios.

Los prop�sitos de Ossendowski no tienen inter�s para la literatura. Tienen, en cambio, alg�n inter�s para los sudamericanos. Ossendowski amenaza a la Am�rica del Sur con una aventurera excursi�n de su fantas�a. Y, sobre todo, con un libro lanzado en gran estilo por la firma Lewis S. Palen. O sea con un libro Made in U.S.A.

 


NOTAS:

1. Publicado en Mundial: Lima, 24 de Abril de 1925

2. Derechos reservados por L. S. P.

3. Diario literario.

4. Novedades literarias.

5. Tribunal de Jurados.