OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI |
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EL ARTISTA Y LA EPOCA |
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LITERATURAS EUROPEAS DE VANGUARDIA1
Quien desee efectuar un viaje econ�mico por las varias literaturas de vanguardia de Europa, puede tomar con confianza el libro de Guiller�mo de Torre. El viaje de este libro tiene todas las ventajas y todos los defectos de un viaje en �mnibus. Es barato, es r�pido, es, m�s o menos, seguro. Pero nos obliga a detenernos el mismo tiempo en todas las estaciones. No nos consien�te descender en las esquinas, donde nos gusta�r�a hacer alto por algunos minutos. La estaci�n de partida est� en un suburbio. Y ah� nos toca perder un tiempo que nos parece desproporcio�nado, respecto del que empleamos en atravesar los sitios centrales. �Las Literaturas Europeas de Vanguardia �es�cribe Guillermo de Torre en el frontispicio de su libro� son un �lbum panor�mico, en su prime�ra parte, de las cinco tendencias vanguardistas latinas m�s representativas�. Estas cinco tenden�cias son el ultra�smo espa�ol, el creacionismo his�pano-franc�s, el cubismo y el dada�smo franceses y el futurismo italiano. En la tercera parte del volumen, Guillermo de Torre nos muestra, por una ventanilla del �mnibus, otros horizontes: el imaginismo anglo-saj�n, el expresionismo germ�nico y la nueva poes�a eslava. La perspectiva y el itinerario del viaje son los de un sup�rstite del ultra�smo espa�ol. Guillermo de Torre nos explica, en primer t�r�mino, esta literatura de vanguardia. Pero de su propia exposici�n resulta que el ultra�smo es�pa�ol tiene un valor muy modesto al lado de los otros ismos literarios de Europa. El ultra�smo no ha carecido de antecedentes propios y de moda�lidades peculiares; pero se ha alimentado de la experiencia y de las ideas de estos otros ismos. Ha sido, en gran parte, un reflejo o un eco del futurismo, el expresionismo, el cubismo y el dada�smo. No ha influido en ninguno de los mo�vimientos y en ninguna de las escuelas de las que ha sido tributaria o dependiente. Esto el mismo Guillermo de Torre lo constata honra�damente. Tampoco el creacionismo aparece como un mo�vimiento o una escuela. Por lo menos en el sen�tido que estas palabras tienen cuando califican al cubismo, al expresionismo, etc. El que algu�nos literatos se hayan llamado creacionistas no prueba suficientemente la existencia del creacionismo como movimiento de vanguardia. Gui�llermo de Torre, en el cap�tulo respectivo, clasi�fica prudentemente el creacionismo como una "modalidad". Pero, como ya hemos visto, en la introducci�n del libro lo considera una de �las cinco tendencias vanguardistas latinas m�s re�presentativas�. El creacionismo, por otra parte, en Literaturas Europeas de Vanguardia, se redu�ce, como actividad literaria, a las actitudes y tra�bajos del poeta chileno Huidobro y del poeta franc�s Reverdy. Guillermo de Torre trata, a mi juicio, un poco negligentemente a este �ltimo. Encuentro, en cambio, muy acertado su juicio sobre el aporte de Herrera Reissig a la formaci�n de un nuevo estilo. As� coma sus notas sobre la modernidad o el vanguardismo de las teor�as est�ticas de Oscar Wilde. El libro de Guillermo de Torre acusa una preocupaci�n exasperada de la hora. El autor teme angustiadamente llegar con retardo. Jorge Luis Borges le reprocha, con agudas palabras, este �adem�n molesto de sacar el reloj a cada rato�. Escribe Borges: �Su pensamiento traducido a mi idioma (con evidente riesgo de sofisticarlo y cambiarlo) se enunciar�a as�: Nosotros los ultra�stas somos los hombres del viernes; ustedes rubenistas son los del jueves y tal vez los del mi�rcoles, ergo valemos m�s que ustedes... A lo cual cabe replicar: �Y cuando viene el s�bado, d�nde arrinconar al viernes?� Le pasa tambi�n a Torre lo que a otros literatos vanguardistas. M�s que la novedad de esp�ritu mira la novedad de procedimiento. El procedimiento lo obsesiona. En el haber del ultra�smo anota, como una adquisici�n capital, el gusto de la met�fora, de la imagen. Aunque es verdad que, p�ginas m�s adelante, parece suscribir esta otra certera observaci�n de Jorge Luis Borges: �Creo que se equivocan los demasiado obstinados en pesquisas de im�genes. El creacionismo que tal cosa predica es una jaula: una cacer�a de la phrase a effet,2 de la ingeniosidad, que es el mayor peligro para escritores de raza espa�ola como nosotros�. El valor de una tendencia literaria no es nunca una mera cuesti�n de t�cnica. Una de las benemerencias m�s evidentes del vanguardismo, �especialmente en nuestra literatura� consiste en la reacci�n contra la ret�rica y contra el �nfasis. Pero �nicamente repudia de veras la ret�rica y el �nfasis el escritor o el poeta que lleva la modernidad en el esp�ritu. Torre lo sabe bien, puesto que escribe lo siguiente sobre el expresionismo: �De todos los movimientos modernos de vanguardia es quiz� el expresionismo el �nico que ha triunfado plenamente �hasta el punto de que en la pintura y en el teatro, al me�nos, tiene un acatamiento oficial� logrando la imposici�n de sus m�dulos en todas sus rami�ficaciones est�ticas: en la novela con Leonard Frank y en el teatro con Carl Sternheim y Ka�simir Edschmid. Ello se debe precisamente a que, m�s bien que un movimiento, es una tendencia com�n de la �poca. Es como ellos dicen Zeitgeits einer Gesinnung:3 el esp�ritu de un tiempo. No es una coterie4 limitada. En rigor toda la nueva ge�neraci�n alemana es expresionista. No posee c�nones carcelarios ni jefes acaudilladores. El ex�presionismo reside m�s bien en cierta actitud es�piritual de la conciencia art�stica del mundo�. Pero la principal insuficiencia del libro de To�rre no es, por cierto, ninguna de las anotadas. Me parece encontrarla en el esfuerzo por considerar y examinar los fen�menos literarios en s� mis�mos, prescindiendo absolutamente de sus relacio�nes con los dem�s fen�menos hist�ricos. Acaso se puede juzgar as� una individualidad. Pero, de ning�n modo, una �poca. Guillermo de Torre nos explica las teor�as y las consecuencias literarias del futurismo; pero no nos explica sus causas ni sus ra�ces espirituales. Y es imposible entender realmente el futurismo, sin una noci�n m�s o menos completa de su morfolog�a. Sobre el fu�turismo, por esto, se puede aprender en la cri�tiea de un pol�tico m�s que en la cr�tica de un literato. Giuseppe Prezzolini escribe respecto al futurismo: �Es curioso, a primera vista, que no haya nacido en Am�rica. Pero en Italia es el fru�to de una reacci�n. Es el "alto" gritado a la tra�dici�n, a la Arqueolog�a, a Venecia con el claro de luna, al dantismo, al volverse siempre atr�s de los italianos. Una reacci�n tanto m�s furibun�da, cuanto m�s potente eran los h�bitos, m�s grandes los hombres, m�s profundas las tradi�ciones�. Prezzolini apunta hechos muy ciertos. Mas la mirada de Trotsky, por ejemplo, descubre hechos superiores. �Los pa�ses �dice en su libro Literatura y Revoluci�n� que se han quedado retrasados, pero que disponen de cierto grado de cultura intelectual, reflejan en sus ideolog�as m�s clara y poderosamente que otros las conquistas de los pa�ses m�s adelantados. Por esto mismo se han reflejado en el pensamiento alem�n de los siglos XVIII y XIX las conquistas econ�micas de los ingleses y las pol�ticas de los franceses. Por lo mismo no es en Am�rica ni en Alemania donde el futurismo ha encontrado su expresi�n m�s esencial sino en Italia y en Rusia. El poema que ensalza a los rascacielos, los dirigibles y submarinos puede escribirse en mal papel y con un pedazo de l�piz en cualquier aldea del gobierno de Rjasan y para que la fr�a fantas�a se exalte en Rjasan basta con que existan en Am�rica rascacielos, dirigibles y submarinos�. Un cr�tico exclusivamente literario como Guillermo de Torre nos pasea por la superficie del futurismo; pero no nos ense�a su subsuelo ni nos instruye acerca de toda su trascendencia. Su estudio del futurismo no nos dice, al menos, lo que es la moderna literatura italiana. Todo lo moderno no est�, evidentemente, en las Literaturas Europeas de Vanguardia. En la obra de Pirandello hay m�s elementos esenciales de modernidad que en toda la producci�n futurista. Torre declara su admiraci�n por Pirandello, que con Giovanni Papini y Ardengo Soffici forma, en su concepto, el trinomio italiano de valores m�s interesantes de hoy. No me siento muy lejos de la opini�n de Torre sobre este trinomio, aunque desconf�e un poco de estas tr�adas o tri�ngulos en que la cr�tica gusta a veces de concretar una �poca. Pero pienso que s�lo el relativismo y el superrealismo de Pirandello -�por qu� no clasificar a Pirandello como un superrealista?� contienen m�s modernidad que todas las invenciones literarias de Marinetti y sus secuaces. Todas estas cosas no
impiden que el libro de Guillermo de Torre me parezca el mejor y el �nico
veh�culo disponible para una excursi�n por todas las escuelas de
vanguardia. Torre es un gu�a inteligente. Sus juicios sobre el �sentimiento
c�smico y fraterno en los poetas de los cinco continentes�, son un an�lisis
penetrante. El libro est� sembrado de preciosas observaciones. Ser�a un
grave error creerlo algo as� como baedeeker5
de la literatura de moda.
NOTAS:
1
Publicado en, Variedades: Lima. 28 de Noviembre de 1925.
2
Frase efectista.
3
El esp�ritu del tiempo, el solo modo de pensar (Trad. Lit.).
4
Camarilla.
5
Gu�a tur�stica.
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