OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI |
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FIGURAS Y ASPECTOS DE LA VIDA MUNDIAL I |
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GRECIA, REPUBLICA*
�C�mo ha llegado Grecia al umbral del r�gimen republicano? La guerra mundial precipit� la decadencia de la monarqu�a hel�nica. El Rey Constantino viv�a bajo la influencia alemana. Su actitud ante la guerra estuvo ligada a esta influencia. La suerte de su dinast�a se solidariz� as� con la suerte militar de Alemania. La derrota de Alemania, que caus� la condena inmediata de las monarqu�as responsables de los Hohenzollern y los Hapsburgo, socav� mortalmente a las monarqu�as mancomunadas o comprometidas con ellas. Sucesivamente, se han desplomado, por eso, las dinast�as turca y griega. La dinast�a b�lgara anda tambaleante. Grecia no pudo como Bulgaria y como Turqu�a entrar en la guerra al lado de Alemania y Austria. Exist�a en Grecia una densa y caudalosa corriente aliad�fila. Venizelos, perspicaz y avisado, present�a la victoria de los aliados. Y ve�a que a ella estaba vinculada su fortuna pol�tica. Pugnaba, pues, por desviar a Grecia de Alemania y por empujarla al s�quito de la Entente. La Entente, impaciente, intervino sin ning�n recato en la pol�tica griega a favor del bando venizelista. Grecia fue marcialmente constre�ida por la Entente a desembarazarse del Rey Constantino y a adherirse a la causa aliada. El sector republicano quiso aprovechar la ocasi�n para desalojar definitivamente de Grecia a la monarqu�a. La Entente agitaba demag�gicamente a los pueblos contra Alemania en nombre de la Democracia y de la Libertad. Pero no le pareci� prudente consentir la defunci�n definitiva de una dinast�a. El radica�lismo griego fue inducido a aceptar la subsisten�cia del r�gimen mon�rquico. El pr�ncipe heredero de Grecia no era persona grata a los aliados. Se coloc�, por esto, la corona sobre la cabeza de otro hijo de Constantino que se avino a rei�nar con Venizelos y para la Entente. Grecia, ti�moneada por Venizelos, se incorpor�, finalmen�te, en los rangos aliados. Pero los m�todos usados por la Entente en Grecia hab�an sido demasiados duros. Y hab�an perjudicado pol�ticamente al partido aliad�filo. El pueblo griego se hab�a sentido tratado como una colonia por los representantes de la Enten�te. La altaner�a y la acritud de la coacci�n alia�da hab�an engendrado una reacci�n del �nimo griego. Ganada la guerra, Grecia tuvo, gracias a Venizelos, una gruesa participaci�n en el bot�n de la victoria. La Entente, obedeciendo las suges�tiones de Inglaterra, impuso a Turqu�a en Sevres un tratado de paz que la expoliaba y desvalijaba en beneficio de Grecia. Grecia recib�a, en virtud de ese tratado, varios valiosos presentes territo�riales. El tratado le daba Smirna y otros terri�torios en el Asia Menor. Fue ese un per�odo de f�ciles �xitos de la pol�tica internacional de Ve�nizelos. Sin embargo, el gobierno de Venizelos no consigui� consolidarse a la sombra de esos �xitos. La oposici�n a Venizelos aumentaba d�a a d�a. Venizelos recurr�a a la fuerza para soste�nerse. Los leaders constantinistas fueron expul�sados o encarcelados. Los leaders socialistas y sindicales se atrajeron, a causa de su propaganda pacifista, las mismas o peores persecuciones. Los venizelistas asaltaron y destruyeron las ofi�cinas del diario socialista "Rizospastis". Esta pol�tica venizelista arroj� a Italia a gran n�mero de personajes griegos. Gounaris, por ejemplo, se refugi� en Italia. Y en Italia, en el verano de 1920, trab� amistad con uno de sus mayores tenientes el ex-ministro Ar�stides Pro�topadakis, sensacionalmente fusilado dos a�os despu�s, junto con Gounaris y otros cuatro mi�nistros del Rey Constantino, bajo el r�gimen mi�litar de Plastiras y Gonatas. Protopadakis y su familia veraneaban en Vallombrosa en el mismo hotel en que veraneaba yo. Su amistad me ini�ci� en la intimidad y la trastienda de la pol�ti�ca griega. Era Protopadakis un viejo ingeniero, afable y cort�s. Un hombre ancien r�gime de mentalidad pol�tica acendradamente conservadora y burguesa; pero de una bonhom�a y una mundanidad atrayentes y risue�as. Juntos discu�rrimos muchas veces bajo la fronda de los abe�tos de Vallombrosa. Casi juntos abandonamos Vallombrosa y nos trasladamos a Florencia, �l para marchar a Berl�n, yo para explorar curio�sa y detenidamente la ciudad de Giovanni Papini. Protopadakis preve�a la pronta ca�da de Ve�nizelos. Temeroso a su resultado, Venizelos ve�n�a aplazando la convocatoria a elecciones pol�ticas. Pero ten�a que arrastrarla de grado o de fuerza. Hac�a cinco a�os que no se renovaba el parlamento griego. Las elecciones no podr�an ser diferidas indefinidamente. Y su realizaci�n ten�dr�a que traer aparejada la ca�da del gobierno venizelista. As� fue efectivamente. La previsi�n de Proto�padakis se cumpli� con rapidez. Venizelos no quiso ni pudo postergar la convocatoria por m�s tiempo. Y en noviembre de 1920 se efectuaron las elecciones. Aparentemente la coyuntura era propicia para el leader griego. Su ideal de recons�truir una gran Grecia parec�a en marcha. Pero el pueblo griego, disgustado y fatigado por la guerra, tend�a a una pol�tica de paz. Adivinaba probablemente la imposibilidad de que Grecia se asimilase todas las poblaciones y los territo�rios que el tratado de Sevres le asignaba. El en�grandecimiento territorial de Grecia era un engrandecimiento artificial. Constitu�a una aventu�ra gr�vida de peligros y de incertidumbres. Tur�qu�a, en vez de someterse pasivamente al tratado de Sevres, lo desconoc�a y lo repudiaba. La firma del gobierno de Constantinopla era una firma sin autoridad y sin validez. Acaudillado por Mustaf� Kemal, el pueblo turco se dispon�a a oponerse con todas sus fuerzas a la vejatoria paz de Sevres. Smirna se convert�a en un bocado excesivo para la capacidad digestiva de Grecia. El regreso del Rey Constantino significaba para el pueblo griego, en esa situaci�n, el regreso a una pol�tica de paz. El Rey Constantino simbolizaba, sobre todo, la condenaci�n de una pol�tica de ser�vidumbre a los aliados. Estas circunstancias de�cretaron la derrota electoral de Venizelos. Y dieron la victoria a los constantinistas. El Rey Constantino volvi� a ocupar su trono. Venizelos fue desalojado del poder por Gounaris. Mas el Rey Constantino y sus consejeros no eran due�os de adoptar una orientaci�n interna�cional nueva. Vencida Alemania, destruida la Triple Alianza, todas las peque�as potencias europeas ten�an que caer en el campo de gra�vitaci�n de las potencias aliadas. Grecia era, en virtud de los compromisos aceptados y suscri�tos por Venizelos, un pe�n de Inglaterra en el tablero de la pol�tica oriental. El Rey Constantino hered�, por consiguiente, todas las respon�sabilidades y obligaciones de Venizelos. Y su po�l�tica no pudo ser una pol�tica de paz. Grecia continu�, bajo el Rey Constantino y Gounaris, su aventura b�lica contra Turqu�a. La historia de esta aventura es conocida. Mustaf� Kemal organiz� vigorosamente la resis�tencia turca. Varios hechos lo auxiliaron y sos�tuvieron. Rusia se esforzaba en rebelar contra el capitalismo brit�nico a los pueblos orientales. Francia ten�a intereses diferentes de los de Inglaterra en el Asia Menor. Italia estaba celo�sa del crecimiento territorial y pol�tico de Grecia. El gobierno ruso estimulaba francamente a la lucha al gobierno de Mustaf� Kemal. Par�s y Roma coqueteaban con Angora. Todas estas simpat�as ayudaron a Mustaf� Kemal a arrojar a las tropas griegas, minadas por el descontento, de las tierras de Asia Menor. El desastre militar excit� el humor revolucionario que desde hac�a tiempo se propagaba en Grecia. Una insurrecci�n militar, dirigida por Plastiras y Gonatas, expuls� del poder al partido de Constantino y Gounaris. El Rey Constantino tuvo que retirarse de Grecia. Y esta vez para siempre. Un tribunal militar, acremente revolucionario, conden� a muerte a Gounaris, Protopadakis y cuatro ministros m�s. La ejecuci�n sigui� a la sentencia. El proceso revolucionario de Turqu�a se apresur� con estos acontecimientos. M�s tarde, muri� el Rey Constantino y la dinast�a qued� sin cabeza. La posici�n del hijo de Constantino se torn� cada vez m�s d�bil. Presenciamos hoy el �ltimo episodio de la decadencia de la monarqu�a griega. El Rey Jorge y su consorte han sido expulsados de Grecia. En el nuevo parlamento griego prevalece la tendencia a reemplazar la monarqu�a con la rep�blica. Grecia, pues, tendr� pronto una nueva carta constitucional que ser� una carta republicana. Los venezelistas, reforzados y reorganizados, llaman a Grecia a su viejo leader. Venizelos, oportunista y redomado, colaborar� en la organizaci�n republicana de Grecia. Pero el proceso revolucionario de Grecia no se detendr� ah�. La revoluci�n no s�lo fermenta en Grecia. Fermenta en toda Europa, fermenta en todo el mundo. Su manifestaci�n, su intensidad, sus s�ntomas var�an seg�n los climas y las latitudes pol�ticas. Pero una sola es su ra�z, una sola es su esencia y una sola es su historia.
NOTA: * Publicado en Variedades, Lima, 29 de Diciembre de 1923.
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