OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI |
|
LA NOVELA Y LA VIDA |
|
|
�ENSAYOS SINT�TICOS� PRESENTACI�N Contenido, recursos literarios y proyecci�n intencional del ensayo exigen una informaci�n pertinente al tema por tratar, o una madura reflexi�n en torno a sus implicancias, porque le compete exponer opiniones, apuntar esclarecimientos, o discutir hip�tesis. Pero no incide en la inquisici�n o el debate de car�cter erudito, pues efect�a tal revisi�n en cuanto los conocimientos tratados afectan a la inquietud contempor�nea; y en verdad aporta el ensayo un punto de vista o un testimonio, una observaci�n original o un juicio provisorio, y no una conclusi�n. Por eso es igualmente compatible con la creaci�n literaria, la disertaci�n ideol�gica y el periodismo. Y por eso admite la hondura filos�fica, la exaltaci�n l�rica, la iron�a demoledora, o el gozoso escarceo del ingenio. Tan diversas afinidades del g�nero, explican la versatilidad, la sugesti�n pol�mica y la agudeza que Jos� Carlos Mari�tegui logra dar a sus "Ensayos sint�ticos". Posiblemente los escribi� para satisfacer requerimientos period�sticos, o para absolver interrogatorios amistosos, pues tratan cuestiones que a la saz�n se discut�an con sumo, inter�s y revelan aspectos de la coyuntura social. Por ejemplo, la progresiva utilizaci�n del autom�vil en los caminos andinos y la conversi�n del indio en chofer, le sugieren una paralela evocaci�n de la influencia que tuvo el caballo en el desarrollo general de la civilizaci�n y, especialmente, en la conquista del Per�; la adaptaci�n de la peluca al tocado femenino le da motivo para disertar en torno a la significaci�n de la moda y las concepciones est�ticas aplicadas en el uso del cabello y la barba; una eventual aproximaci�n de la Navidad le permite recordar la trascendencia dom�stica de tal fiesta y las formas de su celebraci�n universal; y ante el jolgorio carnavalesco advierte c�mo se imponen los gustos del pueblo en sus excesos y su farsa, e, incisivamente, anota que h�bitos y pujos aristocr�ticos son trocados en objetos de una burla enderezada a lucir su risible anacronismo. De manera que aun temas circunstanciales, y a veces fr�volos, proporcionan a Jos� Carlos Mari�tegui suficiente materia para aplicar o comprobar teor�as sobre la sociedad y la cultura, o sobre la acci�n de las fuerzas que impulsan la marcha hist�rica. Y en esa accesible profundidad, en esa �gil concatenaci�n de apariencias y realidades, en esa facilidad para despejar la problem�tica de la mente actual, se halla la esencia del ensayo. La motivaci�n circunstancial adquiere relieves y tonos atractivos en cada uno de los ENSAYOS SINTETICOS, porque Jos� Carlos Mari�tegui aplica a su examen la preocupaci�n trascendente de su pensamiento. Escruta en los antecedentes y proyecciones, semejanzas e implicancias, sentido y sino de los hechos tratados, y logra presentarlos como pruebas eficientes de su concepci�n del mundo. Siempre acierta a decir su punto de vista en el tono adecuado al tema y la ocasi�n, trocando la seriedad de una formulaci�n te�rica en el apunte humor�stico o la burla socarrona. Y si es cierto que "ning�n pretexto es bastante fr�volo para no servir a una reflexi�n seria", sugiere que ni a�n la disciplina m�s �spera impide reconocer en lo fr�volo un indicio valioso para toda caracterizaci�n psicol�gica o cultural. Si "lo que no es popular no tiene estilo", ha de juzgarse que el estilo de una �poca no se halla en las nostalgias individuales, ni en la afectaci�n de los desadaptados, sino en las formas de vida que el pueblo hace suyas y definen la sensibilidad colectiva. Si "las fiestas populares tienen sus propias leyes biol�gicas", se entiende que ellas violentan cualquier regla acomodaticia, o programa urbano, o propaganda mercantil, e imponen su vivacidad espont�nea, su alegr�a plena, la renovada improvisaci�n de su ingenio. Si las modas caen en desuso, y los recursos del tiempo viejo s�lo conservan a la postre una vigencia hist�rica, es leg�timo deducir que la misma caducidad se extender� a todas las cosas del hombre, y que todo intento de revivirlas ha de ser inoperante, histri�nico, risible. Cabalmente lo advierte Jos� Carlos Mari�tegui, cuando establece que lo pasado "es posible �nicamente parodiarlo", y pregunta: "�Por qu� si se admite que han envejecido los trajes de una �poca, no se admite igualmente que han envejecido sus ideas y sus instituciones?" Y el "pretexto fr�volo" o el tema circunstancial escapan as� de la cr�nica, objetiva y meramente actualista, porque se los presenta en una perspectiva que descubre y valoriza su significaci�n en el proceso de la cultura, y esto compete a la naturaleza razonadora y testimonial del ensayo. ALBERTO TAURO.
|
|