OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

MARIATEGUI Y SU TIEMPO

   

     

APENDICE N� 2

LA GENERACION LITERARIA DE HOY1

Conversando con don Manuel Gonz�lez Prada

Dijo don Manuel Gonz�lez Prada hace va�rios d�as, en una entrevista con un joven escritor, que la generaci�n literaria de hoy era la m�s fuerte, fecunda y valiosa de cuentas generacio�nes hab�a tenido esta tierra. La autoridad de quien emit�a el juicio y el entusiasmo con que deb�amos recibirlo cuantos tenemos la orgullo�sa persuasi�n de que es exacto, dieron motivo para que las palabras del ilustre maestro fue�ran citadas en un comentario de Abraham Val�delomar sobre varios libros recientes. Pero, la reproducci�n de un concepto tan trascendental, manifestado en repetidas ocasiones por don Ma�nuel Gonz�lez Prada, ha sido origen de que un conocido literato de generaci�n m�s adulta que la que hoy suena y triunfa crea lastimada la reputaci�n de sus contempor�neos y considere conveniente no s�lo hacer elogio de su genera�ci�n sino tambi�n hacer censura de la nuestra.

Yo he encontrado interesante con este mo�tivo visitar a don Manuel Gonz�lez Prada y de-mandar de �l algunas opiniones. Me ha acompa��ado en esta entrevista F�lix del Valle. Y, por conocer el inter�s con que el p�blico asiste a estas controversias, he pensado al entrar a la Biblioteca que en estos momentos mi funci�n era m�s de periodista que de literato.

Gonz�lez Prada trabajaba en uno de los sa�lones de la Biblioteca cuando F�lix del Valle y yo le interrumpimos. Fuimos parcos en los pre�mbulos. Aunque sabemos que Gonz�lez Pra�da es amable y bondadoso, nos damos siempre cuenta de la gravedad de distraer en sus horas de trabajo a un gran hombre.

F�lix del Valle hablaba a Gonz�lez Prada con la reverencia afectuosa de un disc�pulo asiduo. Yo le hablaba con la devoci�n respetuosa de un admirador que tiene el honor de conversar con �l.

El coloquio se realizaba en un sal�n vasto y sonoro lleno de anaqueles y libros.

Yo le dije as� al ilustre maestro:

�Usted ha pronunciado un concepto muy hermoso para la juventud intelectual del Per�. La juventud intelectual, a quien sus palabras exaltan, quiere que usted ampl�e y perfeccione su juicio. Yo vengo a solicitar de usted para mi diario algunas apreciaciones precisas sobre los literatos contempor�neos. Una generaci�n, una juventud, un momento de la vida literaria del Per�, quieren que hable usted, se�or.

Gonz�lez Prada respondi�:

�Mi concepto es ya conocido. Pero no creo necesario precisarlo y detallarlo. Yo nunca he sido cr�tico de mis contempor�neos del Per�. Cuando he hablado de escritores peruanos ha si-do siempre para elogiarlos. Mis apreciaciones buscan para producirse discretas intimidades. Si han salido a la luz en esta ocasi�n no ha sido por la voluntad m�a.

El maestro con palabra persuasiva y amable nos convidaba a no arrancarle a su habitual apartamiento del terreno cr�tico. Nosotros com�prendimos su resistencia. La cr�tica es ingrata. Dije una vez que mi sinceridad s�lo conceb�a la invectiva y el elogio y sigo sosteni�ndolo.

Mi palabra insisti�.

�En este caso, se�or, sus opiniones no van a ser espont�neas. Las exige una generaci�n que le admira. Yo vengo a turbarle en su retiro de pensador para pedirle que hable. Si usted emi�te en este instante una apreciaci�n, esa aprecia�ci�n responder� al requerimiento de la voluntad de la juventud literaria.

Gonz�lez Prada me contest�:

�Yo no reh�so ampliar y perfeccionar mi opini�n. Reh�so �nicamente personalizarla. Y lo hago por una raz�n fundamental. No conozco la totalidad de la obra de los literatos contempor�neos del Per�. Y yo no puedo juzgar una obra que no conozco completamente. Si nos concretamos a generalidades mi pensamiento no tiene reserva.

Comenc� entonces a determinar los puntos que somet�a a la consulta del maestro. Y sent� con satisfacci�n que este notable coloquio so�bre tan alt�simo tema se diferenciaba totalmente de los habituales reportajes. Yo he reporteado en mi vida period�stica a pol�ticos, bailarines, escritores. Y declaro que mi entrevista con Gonz�lez Prada no ha sido un reportaje. Por eso la llamo conversaci�n. No pudo ser reportaje. Hubo en ella sinceridad, sencillez, elevaci�n, profundidad, galanura, pensamiento, buen gusto.

Gonz�lez Prada declar� enf�ticamente la superioridad indiscutible de esta generaci�n sobre todas las que le precedieron. Antes, la literatura se desarroll� entre referencias a las resoluciones y a las pachamancas. La urdimbre de todas las incertidumbres y de todas las ignorancias impidi� que la influencia de la literatura europea se dejara sentir en su buen gusto, en su estilo y en su pensamiento. Se imitaba con ramploner�a y atraso. Unos literatos se distingu�an por su absoluto apego al m�s fr�o clasicismo. Y otros se perd�an en el romanticismo m�s exagerado. Nuestros poetas eran malos se�gundones de Zorrilla. En nuestra poes�a domi�naba una incipiente y burda est�tica. Y no era posible encontrar entre quienes la cultivaban un esp�ritu sutil y exquisito como el de Enrique Bustamante y Ballivi�n, ahora.

Y tuvo tambi�n Gonz�lez Prada esta muy interesante y atinada observaci�n:

�Advierto que en la antigua literatura del Per� no se siente la influencia del movimiento cient�fico y doctrinario de la �poca. El progreso no puso en esa literatura su marca cronol�gica. Es una literatura que no dice el momento de la civilizaci�n en que se produjo. Faltan en ella las ideas y las impresiones que podr�an reflejarlo. Y es que se inspiraba en el romanticismo espa�ol. Era pesada y dura. Y era al mismo tiempo fofa y delicuescente.

Sabia nos pareci� la observaci�n de Gonz�lez Prada. En realidad la antigua literatura peruana no indica el correlativo grado de progre-so de la humanidad. En la actual se advierte saludable tendencia. Y es que hoy se vive menos de la imitaci�n. Hay m�s originalidad, m�s arte, m�s audacia. Antes hubo timidez, gazmo�er�a y reticencia. Cuando no se sinti� el at�vico sentimiento del servilismo colonial, se sinti� la desordenada y ramplona rebeld�a del republicanismo desorientado y palurdo. Y, como dice don Manuel Gonz�lez Prada, por los literatos peruanos no era posible saber que exist�a Spencer, por ejemplo. El atraso espa�ol se dejaba sentir en toda producci�n. Y a�n la obra erudita de Olavide padec�a de vejez y esterilidad.

Interrogu� a don Manuel Gonz�lez Prada sobre la forma c�mo deb�an ser determinadas la generaci�n literaria actual y la que le precedi�. Y �l me dijo:

�Creo que una generaci�n no puede abarcar cinco ni diez a�os �nicamente. Y m�s que a�os debe abarcar tendencia, estilo e ideas. Las generaciones deben ser definidas por la orientaci�n. Un escritor viejo puede escribir como un escritor joven. Entonces es un escritor progresista y contempor�neo. Un escritor joven puede escribir como un escritor viejo. Entonces es un escritor atrasado. Hay viejos y hay avejentados. Y los avejentados son mucho m�s peligrosos que los viejos.

F�lix del Valle tuvo una frase oportuna.

�Se podr�a decir de usted, se�or, que est� a la cabeza de la juventud y se estar�a en lo justo.

Gonz�lez Prada sonri� ante la acertada lisonja y yo la celebr�.

Expres� Gonz�lez Prada, contestando a mis interrogaciones, que a su juicio la literatura francesa es la que m�s influye en la actual generaci�n literaria del Per�. Tambi�n han influido Gabriel D'Annunzio y Ram�n del Valle Incl�n. E igualmente varios de los grandes escritores americanos. A los escritores ingleses, a los m�gicos cultores del "humor" se les ignora. Y por lo mismo son casi sorprendentes las buenas muestras de humorismo fino y atildado que en nuestra literatura aparecen. Dijo Gonz�lez Prada, opinando de esta manera que �l no conoc�a humoristas entre los actuales escritores espa�oles. Hab�a que suponerles mucho de espontaneidad a nuestros humoristas.

Y, en general, reconoci� la sutileza, elegancia y exquisitez que constitu�an algunas de las exce�lencias de nuestra literatura contempor�nea.

Quiso F�lix del Valle, y le apoy� yo, que Gonz�lez Prada emitiese algunas apreciaciones singulares sobre los nuevos literatos del Per�. Pero Gonz�lez Prada repiti� que no pod�a hacerlo porque no se les conoc�a completamente y porque se resist�a a personalizar sus juicios. In�terrogado por nosotros nos habl� sin embargo de la originalidad de Valdelomar y de la equivocaci�n con que aqu� se interpretaban sus iron�as y su humor�stica egolatr�a. Elogi� a Percy Gibson por su extra�a y personal visi�n de las cosas. Y por motivos s�miles elogi� a Jos� Mar�a Eguren. Dijo que no sab�a encontrar el origen del simbolismo de su poes�a y que hab�a que atribuirle la m�s rara espontaneidad. Y celebr� los magn�ficos aciertos del poeta arequipe�o C�sar Rodr�guez.

Yo le pregunt� al maestro si hab�a le�do la notable novela de Augusto Aguirre Morales La Medusa. Y �l me dijo que la hab�a recibido y que se propon�a leerla prontamente.

Tuve la satisfacci�n de saber que Gonz�lez Prada hab�a le�do cuanto yo tengo escrito en La Prensa y en este diario.

Y habl� con �l de muchas otras cosas litera�rias que no tienen relaci�n directa con el tema de esta entrevista cuya versi�n he hecho con la mayor exactitud y sencillez.

Al escribir esta versi�n de una entrevista tan noble siento el gran orgullo de ser el int�rpre�te de los conceptos que le merece al gran maes�tro la generaci�n a la cual yo pertenezco.

Juan Croniqueur

 


NOTA:

1 De "El Tiempo", Lima, 2 de octubre de 1916.