OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

TEMAS DE NUESTRA AMERICA

 

LAS ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS Y NICARAGUA* 

 

La elecci�n de Mr. Herbert Hoover estaba prevista por la may cr�a de los expertos de que, en estos casos, disponen los Estados Unidos para un minucioso c�mputo de las probabilidades electo�rales de cada partido.

La p�rdida de algunos votos por el Partido Dem�crata en el "s�lido Sur" no es una sorpresa. No hab�a pasado inadvertida para los obser�vadores la posibilidad de que el intransigente sentimiento protestante que prevalece en los Es�tados del Sur, acarrease en algunos, contra la tradici�n dem�crata de ese electorado, la victoria del Partido. Republicano.

Tampoco es, en rigor, una sorpresa el triun�fo de Hoover en el Estado de Nueva York. En las votaciones presidenciales, el Estado de Nueva York ha sido normalmente republicano. En esta votaci�n la fuerte "chance" de Smith en Nueva York, depend�a de su popularidad personal, a la que ha debido su elecci�n, en tres oportunidades, como gobernador de este Estado. La re�ida lucha entre republicanos y dem�cratas en Nueva York, demuestra lo fundado de la esperanza de Al Smith de ganar para su causa los 45 votos decisivos que Hoover, en impresionante duelo, ha conservado para su partido:

Al Smith ha tenido una buena votaci�n en todo el pa�s. En todos los Estados dudosos, el porcentaje de votos obtenido por Smith excede considerablemente al alcanzado por el candidato dem�crata en la elecci�n de 1924. El Partido Dem�crata ha efectuado una magn�fica movilizaci�n electoral. A esta briosa ofensiva contra el poder republicano, ha contribuido en gran parte el ascendiente personal de Al Smith. Pero esto no obsta para atribuir a la personalidad de Al Smith una buena parte de los est�mulos que han ayudado a la victoria republicana, La elecci�n de un cat�lico antiprohibicionista encontraba resistencias enormes en dos grandes corrientes del sentimiento yanqui: el protestantismo y el prohibicionismo. Republicano, protestante, prohibicionista, Hoover est� bajo este triple aspecto bajo la tradici�n presidencial de los Estados Unidos. Hoover ha ganado los votos de Estados, en los que, como en Nueva York, aproximadamente, la "chance" de Al Srnith era, a juicio de los expertos, muy grande. El cable subraya su victoria en Missouri, Maryland, Wisconsin y Montana. En estos Estados, Smith ha disputado vigorosamente la mayor�a a Hoover; pero como en Nueva York, el escrutinio eleva as� a la presidencia de los Estados Unidos en reemplazo de Mr. Calvin Coolidge, a aquel de sus l�deres que promete actuar la m�s en�rgica pol�tica capitalista. El rol asumido por el Imperio Yanqui en la pol�tica mundial, despu�s de la gran guerra, exig�a esta elecci�n. Hoover siente este rol mucho m�s y mejor que Smith. Como apuntaba en mi anterior art�culo, Hoover tiene una perfecta educaci�n imperialista de hombre de negocios. En sus discursos, asoma francamente el orgullo del destino imperial de Norte Am�rica. En su pol�tica no pesar�n las consideraciones democr�ticas que habr�an influido en el gobierno de Al Smith. El estilo de Woodrow Wilson queda de nuevo licenciado. Estados Unidos necesita, en este per�odo de m�xima afirmaci�n internacional de su capitalismo, un hombre como Herbert Hoover. El perfecto hombre de estado en un imperio de trust y monopolios, es sin duda, el perfecto hombre de negocios.

Es interesante que las elecciones de Nicaragua hayan coincidido casi, en el tiempo, con las elecciones de Estados Unidos. Nicaragua, electoralmente es, por el momento, un sector de la pol�tica norteamericana. Desde que el Vicepresidente Sacasa y el General Monada, jefes de la oposici�n liberal, pactaron con los yanquis, los liberales nicarag�enses resbalaron al campo de gravitaci�n de los intereses norteamericanos. El �nico camino de resistencia activa al dominio yanqui, era el camino heroico de Sandino. El Partido Liberal no pod�a tomarlo.

Desde que la bandera de la lucha armada qued� exclusivamente en manos de Sandino y de su aguerrida e intr�pida legi�n, la soluci�n liberal se present� como la mejor para el inter�s norteamericano. Los pol�ticos conservadores, conocidos por su antigua adhesi�n a la pol�tica yanqui, eran dentro del personal de posibles gobernantes, los menos apropiados para la pacificaci�n de Nicaragua. La elecci�n de un conservador habr�a tenido el aspecto de una imposici�n o un escamoteo electorales.

Pero estas ventajas de la soluci�n liberal no se habr�an mostrado tan claramente si Sandino no hubiese mantenido impert�rrito, su actitud rebelde. La presidencia de un liberal tiene la funci�n de reducir al m�nimo los est�mulos capaces de alimentar la hoguera sandinista. Moncada, en el poder, debe testimoniar la neutralidad yanqui, la correcci�n de las elecciones, la plenitud de la soberan�a popular. La democracia, en este caso, sirve mejor que la dictadura.

El General Monada no har�, ciertamente, una pol�tica sustancialmente distinta de la que desenvolver�an un Chamorro o un D�az. Pero salvar� mejor las formas de la independencia nicarag�ense. El nombre de su partido no est� tan comprometido, ante la opini�n de Nicaragua y del Continente latinoamericano, como el nombre del Partido Conservador. Aqu� est�, m�s que en la impopularidad de los conservadores, la clave de su tranquila victoria.

 

 


 

NOTA:

 

* Publicado en Variedades: Lima, 10 de Noviembre de 1928.