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|
HIERL, Ernest. Escuela y
religi�n. Amauta: N� 29; p�gs. 36-49. |
(646 |
Extractado del libro editado por la Internacional
de los Trabajadores de la Ense�anza, con el t�tulo de "Peda�gog�a
Proletaria", este trabajo desarrolla el siguiente sumario: la
ideolog�a religiosa y feudal de la burgues�a; materialismo hist�rico
y pedagog�a; �c�mo curar los esp�ritus del mal religioso?; tesis
finales. |
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INTERNACIONAL SINDICAL ROJA, Subcomi�t� de Educaci�n de 1�.
La auto-educaci�n obre�ra. Amauta: N� 24; p�gs. 85-88. |
(647 |
Trata sobre: la misi�n de la auto-educaci�n
obrera; el trabajo de los centros consultivos, para uso de los
autodidactos; organizaci�n y m�todo de las consultas; m�todos de
consulta. |
|
�La (auto-) educaci�n obrera. Labor: N�
8; p�g. 4. |
(648 |
|
|
MANTOVANI, Juan. La preocupaci�n
contempo�r�nea por los problemas educativos. Amauta: N� 14; p�gs.
13-14. |
(649 |
Establece las relaciones que existen entre la
pedagog�a y la cultura; alude a la "incertidumbre pedag�gica"
originada en nuestros d�as por la multiplicidad de m�todos y. otras
causas; y puntualiza el alcance y la orientaci�n de las
preocupaciones pedag�gicas contem�por�neas. |
|
|
|
MERCADO, Guillermo. El sentido
del rid�culo en la educaci�n. Amauta: N� 10; p�gs. 41-42. |
(650 |
Lo rid�culo en la educaci�n familiar y escolar.
Lejanas y posibles consecuencias de lo rid�culo en la vida
pro�fesional. G�rmenes y est�mulos del rid�culo: en el ho�gar y en
la escuela. Palabras al maestro. |
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|
MISTRAL, Gabriela. La escuela nueva en nuestra Am�rica.
Amauta: N� 10; p�gs. 4-5. |
(651 |
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Trata sobre: la Argentina y el estado de su educaci�n; el Estado
docente; los maestros; la escuela nueva; los padres; nacionalismos. |
|
�Derechos del ni�o. Amauta: N� 12; p�g. 32. |
(652 |
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|
Justifica los siguientes: I, derecho a la salud
plena, al vigor y a la alegr�a; II, derecho a los oficios y e las
profesiones; III, derecho a lo mejor de la tradici�n; IV, derecho a
la educaci�n maternal; V, derecho a la libertad; VI, derecho a nacer
bajo legislaciones decoro y VII, derecho a la ense�anza secundaria. |
|
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RODRIGUEZ FABREGAT, Enrique. Declaraci�n de los derechos del
ni�o. Amauta: N� 12; p�g. 13. |
(653 |
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VELASQUEZ, Carlos A. La nueva educaci�n. Amauta: N� 2; p�gs.
25-26. |
(654 |
Afirma que toda educaci�n debe apoyarse en funda�mentos de orden
biol�gico, sicol�gico, econ�mico, e idealista o �tico-filos�fico; y
de ello deriva la necesi�dad de una "pol�tica pedag�gica" que se
oriente en conformidad con esos fundamentos. |
|
|
|
�Los tests psicol�gicos y la nueva educaci�n. Amauta: N� 6; p�gs.
14-16. |
(655 |
Aborda los siguientes temas: valor experimental
de los tests, y las etapas de su conformaci�n; diversas
orientaciones que pueden regir la estandarizaci�n de los tests;
utilidad de los tests; y controversia entre arist�cratas y
dem�cratas de la inteligencia. |
|
|
|
�El problema de la nueva educaci�n. Amau�ta: N� 17; p�gs. 31-39. |
(656 |
Estudia el problema a trav�s de los aspectos
siguien�tes: 19, el esp�ritu de postguerra; 29, la preponderancia de
las nuevas fuerzas (o sea, influencia de la econo�m�a en la crisis
espiritual); 39, el inconformismo y las reformas educacionales; 4�,
la voz de los hechos, en las experiencias educacionales de Alemania,
Inglaterra, Francia e Italia; 59, las bases de las nuevas reformas
educacionales (puntualizadas en los factores axiol�gico o
doctrinario, paidol�gico, sociol�gico, t�cnico, econ�mico,
magisterial y cultural). |
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|
|
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|
VIVAR, V�ctor E. La escuela �nica. Labor: N� 3; p�g. 2. |
(657 |
|
|
WIESSE, Mar�a. El ni�o y el sentido de lo ma�ravilloso.
Amauta: N� 5; p�gs. 33-34. |
(658 |
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ORGANIZACI�N Y CRITICA DE LA
EDUCACION |
|
1: EN EL PERU |
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GALVAN, Luis E. El conocimiento paidol�gico del ni�o peruano.
Amauta: N� 12; p�g. 29. |
(659 |
Fija las diferencias entre Paidologia y
Pedagog�a. Sos�tiene que es necesario ir hacia el conocimiento del
ni�o peruano, para librar a la educaci�n escolar de las
improvisaciones y de las absurdas estandarizaciones. |
|
�La psico-pedagogia de los ex�menes. Amauta: N� 20; p�gs. 58-63. |
(660 |
Presentando a la rutina como "se�ora de la
mente", advierte que las pruebas escolares no son un �ndice del
saber efectivo de los alumnos, sino de la memoriza�ci�n mec�nica o
de la suerte. Estima que esto defor�ma la personalidad del alumno, y
apela a la autori�zada opini�n de Giner de los R�os. Discute luego
la posibilidad de sustituir o abolir las vigentes formas de examen,
pero opina que a esto se opone la impro�visaci�n de los orientadores
de la educaci�n. Y con�cluye afirmando, desalentado, que en el Per�
"toda-v�a hay cabezas sobre los hombros como adoquines en las
calles". |
|
�La orientaci�n educacional de los j�venes. Amauta: N� 24; p�gs.
27-36. |
(661 |
Considera que es necesaria la introducci�n del
examen sicot�cnico de los estudiantes, para establecer el gra�do de
aprovechamiento del alumno y su orientaci�n profesional. Trata
sobre: el producto que arrojan nues�tras escuelas y colegios; el
problema de la organiza�ci�n cient�fica de las actividades humanas;
el Bien que produjo el Mal de la Guerra (fue la ubicaci�n del hombre
seg�n. su capacidad); la orientaci�n profesio�nal como un problema
s�co-tecnol�gico; la selecci�n individual y la orientaci�n
profesional; las cartillas argentinas de "Orientaci�n Educacional";
lo que se ha intentado en el Per� sobre la orientaci�n educa�cional. |
|
|
|
MARIATEGUI, Jos� Carlos. El proceso de la ins�trucci�n
p�blica en el Per�. Amauta: Nos. 14, 15 y 16; p�gs. 6-8, 13-14 y
22-24. |
(662 |
Considera que "la educaci�n nacional no tiene el
es�p�ritu nacional: tiene m�s bien un esp�ritu colonial y
colonizador". En el proceso de su desarrollo "se cons�tata la
superposici�n de elementos extranjeros insu�ficientemente
combinados, insuficientemente aclimatados": la herencia espa�ola
(con prejuicios nobiliarios y aficiones burocr�ticas, que alejaban a
los educandos del campo y de las industrias, y con notable
defi�ciencia para liberarse del medioevo); la influencia francesa
(que acentu� la orientaci�n literaria y ret�rica); y la influencia
norteamericana (propugnada por Manuel Vicente Villar�n, y que
comienza a seguirse en 1895, se explica por el impulso de la
econom�a capitalista en el Per�, y fue adoptada por la reforma de
1920). Luego critica la reforma, le opone su ideolog�a, y esclarece
los fundamentos de las otras diversas ideo�log�as que participan en
las corrientes educacionales seguidas en el Per�. |
|
|
|
SAL Y ROSAS, Federico. La ense�anza p�blica en el Per�
�cumple su misi�n social? Amauta: N� 27; p�gs. 88-89. |
(663 |
Enjuicia la pol�tica educativa, intentando establecer si "nuestra
organizaci�n escolar consulta las condicio�nes geogr�ficas, �tnicas
y sociales del pa�s"; y, desde un punto de vista doctrinario-social,
confronta las relaciones de la ense�anza y el nacionalismo. |
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2: EN AMERICA |
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CASTILLO, Luciano. "C�mo educa el estado a tu hijo", por
Julio R. Barcos. Amauta: N� 10; p�gs. 79-80. |
(664 |
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|
GALVAN, Luis E. El plan de la reforma educa�cional en Chile.
Amauta: Nos. 18 y 19; p�gs. 59-66 y 77-83. |
(665 |
Expone la g�nesis de la reforma (llevada a cabo
por el escritor Eduardo Barrios, como Ministro de Educa�ci�n en el
Gobierno del General Ib��ez), los aspectos b�sicos que la
fundamentaron y su armaz�n filos�fica. Luego destaca las
principales innovaciones de la reforma: la unidad de la funci�n
educacional; autono�m�a de la funci�n y descentralizaci�n de la
ejecuci�n; obligatoriedad y gratuidad de la ense�anza; la
co�educaci�n; la escuela, convertida en comunidad vital; diferentes
tipos de escuelas para el proceso de la edu�caci�n; organizaci�n de
la escuela unificada; organi�zaci�n del mecanismo
t�cnico-administrativo; car�cter t�cnico de los jefes de la
administraci�n educacional; supresi�n del centralismo; abolici�n del
rutinarismo pedag�gico; maestros electores y congresantes; y
co�operaci�n de los ricos en :a empresa educativa.
Des�graciadamente, el proyecto de reforma no fue seguido, renunci�
el Ministro Barrios, y el movimiento organi�zativo de los maestros
fue reprimido. |
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3:
EN OTROS PAISES |
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|
ACOSTA CARDENAS, Miguelina. Los educacionistas suizos piden
la abolici�n de la milicia. Amauta: N� 11; p�gs. 99-100. |
(666 |
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LUNATCHARSKY, Anatolio. La educaci�n p�blica en Rusia.
Amauta: N� 27; p�gs. 15-16. |
(667 |
Es parte del informe presentado al d�cimo cuarto Con�greso Sovi�tico
Pan-ruso, y menciona las conquistas educacionales alcanzadas por el
Gobierno ruso entre 1924 y 1929. |
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EDUCACION UNIVERSITARIA |
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1: EN EL PERU |
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|
ARCA PARRO, Alberto. El profesor Tello y la reforma
universitaria. Amauta: N� 14; p�gs. 28-30. |
(668 |
Critica los conceptos emitidos por el doctor
Julio C. Tello en su libro sobre la "Reforma Universitaria",
re�firi�ndose sucesivamente a los siguientes temas: el re-ceso de la
Universidad; la autonom�a universitaria, la Universidad taylorizada;
principios de administraci�n universitaria; la investigaci�n
cient�fica en la Uni�versidad; y la reforma de la Universidad. |
|
|
|
FERNANDEZ, Luis An�bal. La universidad reac�cionaria. Amauta:
N� 12; p�g. 30. |
(669 |
Califica como "la m�s detestable reacci�n" el per�odo que comenz�
con la elecci�n del Rector Manzanilla, en 1927. Eleva el problema de
la Universidad de San Marcos a la categor�a de problema nacional, y
plantea la iniciaci�n de una discusi�n abierta sobre las bases de la
reforma. |
|
|
|
GALVAN, Luis E. �Qu� hace nuestra Universi�dad por la
investigaci�n cient�fica? Amauta: N� 6; p�gs. 5-8. |
(670 |
Nacionalismo y cultura: llegan a tener rigurosa con�junci�n. La
misi�n de las Universidades. �Cu�l es la tendencia representada por
nuestra Universidad de San Marcos?: la tradicional latina, moldeada
en Par�a, Pav�a y Salamanca. |
|
|
|
MARIATEGUI, Jos� Carlos. La reforma universi�taria. Amauta:
Nos. 12 y 13; p�gs. 3-8 y 13-15. |
(671 |
Incluye los siguientes cap�tulos: I, ideolog�a y
reivin�dicaciones de la reforma; II, pol�tica y ense�anza
uni�versitaria en la Am�rica Latina; III, la Universidad en el Per�;
y IV, reforma y reacci�n. En el primero, revisa la ideolog�a
esbozada por algunos cr�ticos de la Reforma Universitaria y plantea
los postulados fundamentales de �sta, de acuerdo con el Congreso
Interna�cional de Estudiantes celebrado en M�xico el a�o 1921. En el
segundo, trata sobre las experiencias de las uni�versidades de
Montevideo y Buenos Aires. En el tercero, demuestra c�mo supervivia
la colonia en la Universi�dad y se refiere al movimiento renovador
de 1919. El cuarto cap�tulo es principalmente pol�tico, y a tra�v�s
de �l ataca al "civilismo", entronizado en la Uni�versidad Mayor de
San Marcos. Concluye, planteando "ponencias b�sicas" para la
reforma. |
|
|
|
ORREGO, Antenor. Cultura universitaria y cul�tura popular.
Amauta: N� 16; p�gs. 35-36. |
(672 |
Afirma que es la conexi�n entre el pueblo y la Uni�versidad lo que
determina el car�cter hist�rico de la cultura. Pero en el Per� no ha
existido esta conexi�n, y por eso "no hemos tenido una cultura". |
|
|
|
PAZ SOLDAN, Carlos Enrique. Los seminarios en la nueva
Universidad. Amauta: N� 1; p�g. 38. |
(673 |
|
|
RAMIREZ CASTILLA, Samuel. El sentido social de la reforma
universitaria. Amauta: N� 20; p�gs. 85-86. |
(674 |
Quiere teorizar, elevando a la categor�a de
doctrina la necesidad de implantar una reforma que "vitalice" a la
Universidad. |
|
|
|
UNIVERSIDAD DEL CUZCO. Bases para refor�mar la Universidad
del Cuzco. Amauta: N� 10; p�gs. 52-53. |
(675 |
En 37 par�grafos se expresan los principios y las
po�nencias b�sicas de una proyectada reforma. Firman: Fortunato L.
Herrera, Jos� Gabriel Coss�o, Luis E. Valc�rcel, J. Uriel Garc�a,
Leandro Pareja, Alberto Ara�n�bar P. y J. S. Garc�a Rodr�guez. |
|
|
|
VELASQUEZ, Carlos A. La ense�anza de la Psi�colog�a en la
Universidad Mayor de San Mar�cos. Amauta: N� 11; p�gs., 27-28. |
(676 |
Presenta la ense�anza de la Psicolog�a como un
caso del estancamiento sufrido por la educaci�n universita�ria.
Critica el plan seguido, la manera de aprender que los alumnos
tienen, y propone reformas. |
|
Actividades del estudiantado universitario |
|
|
|
2: EN AMERICA |
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|
|
CASTILLO, Luciano. "La reforma universitaria", por Julio V.
Gonz�lez. Amauta: N� 9; p�g. 42 |
(677 |
�"La cultura frente a la Universidad", por Carlos S�nchez Viamonte.
Amauta: N� 15; p�gs. 42-43. |
(678 |
|
|
MARTINEZ DE LA TORRE, Ricardo. La refor�ma universitaria en
la Argentina. Amauta: Nos. 30, 31 y 32; p�gs. 48-52, 35-40 y 37-48.
(y 53-64). |
(679 |
Considera el movimiento de reforma universitaria
como manifestaci�n inicial del revolucionarismo peque�o-burgu�s, y
por eso no traza sus caracter�sticas educa�cionales, sino su
importancia y sus repercusiones de orden pol�tico. En consecuencia,
aborda los siguientes temas: 1, or�genes de la reforma; 2,
composici�n social de la universidad; 3, los factores que influyeron
en la reforma; 4, el car�cter peque�o-burgu�s de la reforma; 5, la
"justicia social" en la reforma; 6, las universidades populares; 7,
el anticlericalismo de la reforma; 8, el car�cter continental de la
reforma; 9, el antiimperialismo de la reforma; 10, europe�smo y
antieurope�smo; y 11, la lucha de clases y la reforma. |
|
|
|
SANCHEZ VIAMONTE, Carlos. La Universidad y la vocaci�n
pol�tica del siglo. Amauta: N� 3; p�g. 37. |
(680 |
Enfoca la declamatoria agitaci�n de las
cuestiones so�ciales en las universidades argentinas, suced�nea de
la reforma. |
|
�La cultura frente a la Universidad. Amauta:N� 1; p�gs. 7-8. |
(681 |
"Como fruto genuino del
Estado Individualista y de la intriga politiquera, la Universidad
latinoamericana si�gue siendo una venerable mixtificaci�n": "debemos
crear la Universidad libre". |
|
|
|
VASQUEZ DIAZ, Manuel. "Del taller universita�rio", por Carlos
S�nchez Viamonte. Amauta: N. 3; p�gs. 42-43. |
(682 |
�"La reforma universitaria", por Gabriel del Mazo. Amauta: N� 8;
p�gs. 42-43. |
(683 |
|
|
3:
EN OTROS PAISES |
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|
EDUCACI�N DEL INDIO |
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|
|
ACOSTA CARDENAS, Miguelina. Escuelas
rurales ambulantes para la educaci�n de los ni�os id�genas. Amauta:
N� 12; p�gs. 38-39. |
(684 |
|
|
ACURIO, C�sar. La escuela hogar. Amauta: Nos. 23 y 24; p�gs.
22-34 y 65-74. |
(685 |
Llam�ndolo "proyecto de un nuevo tipo de escuela
in�d�gena", los autores realizan un sugestivo trabajo de cr�tica en
torno a los ensayos de educaci�n del indio y aportan observaciones
personales bastante estima�bles. Tratan sobre: la agrupaci�n
ind�gena; el hogar y el ni�o; la educaci�n ind�gena; cr�tica de las
escue�las (escuelas ambulantes e internados ind�genas); la escuela
hogar y sus postulados. "La escuela debe ser para la comunidad y la
comunidad para la escuela" �sostienen, resumiendo sus puntos de
vista. Y luego esbozan el plan de la escuela hogar, refiri�ndose
es�pec�ficamente a docencia y alumnado; local, mobi�liario y �tiles;
parte econ�mica; algo de organizaci�n. |
|
|
|
ARIAS, Mar�a Judith. La escuela hogar. Amauta:Nos. 23 y 24;
p�gs. 22-34 y 65-74. |
(686 |
En colaboraci�n con C�sar Acurio. V�ase: (685. |
|
|
|
COX, Carlos Manuel. El indio y la escuela en M�xico. Amauta:
N� 15; p�gs. 15-17. |
(687 |
Comienza refiri�ndose a la importancia que el
proble�ma ind�gena tiene en Am�rica, debido a la densidad de la
poblaci�n ind�gena; y a continuaci�n aplica este criterio a la
realidad de M�xico. Aborda los siguientes temas: el sentido de la
educaci�n rural; escuelas y ejidos; situaci�n del Departamento de
Escuelas Rura�les e incorporaci�n cultural ind�gena; la Casa del
Es�tudiante Ind�gena; el porvenir de las escuelas rurales. |
|
|
|
ENCINAS, Jos� Antonio. Algunas consideracio�nes sobre la
educaci�n del indio en el Per�. Amauta: N� 32; p�gs. 75-79. |
(688 |
Jos� Antonio Encinas acepta errores, al concebir
el marxismo como "concepci�n econ�mica del mundo", y al indio como
el "�nico proletario peruano"; conse�cuentemente, deriva otros, de
�ndole econ�mica y so�cial. Pero acierta, al destacar que entre los
aspectos positivos de la obra de Jos� Carlos Mari�tegui se cuen�ta
su campa�a en favor de la transformaci�n de la escuela, como medio
de impulsar la evoluci�n de' Pe�r�; y, al lado de su agitaci�n del
problema del indio, menciona su defensa de la necesidad de
entronizar la escuela en la comunidad �o ayllu� para que el indio se
interese en la, labor de la escuela y contribuya a su desarrollo.
Jos� Antonio Encinas justifica amplia-mente estos puntos de vista, y
explica los fundamentos en que se apoyan. |
|
|
|
ACCION GREMIAL DE LOS MAESTROS |
|
|
|
ASOCIACION GENERAL DE PROFESORES DE CHILE.
Mensaje a los maestros de Am�rica. Amauta: N� 6; p�g. 36. |
(689 |
|
|
BARCOS, Julio R. La Convenci�n Internacional de Maestros, de
Buenos Aires. Amauta: N� 12; p�g. 8. |
(690 |
Breve rese�a sobre el origen de la Convenci�n, y la importancia que
�sta tuvo como "un pacto de amistad entre educadores". |
|
|
|
INTERNACIONAL DEL MAGISTERIO AMERI�CANO.
Protesta y llamamiento de la Amau�ta: N� 19; p�gs. 93-94. |
(691 |
Contra la expulsi�n de maestros, ejecutada por el Go�bierno del
General Ib��ez, en Chile. |
|
�Manifiesto. Amauta: N� 22; p�gs. 80-82. |
(692 |
Dirigido a la prensa libre, maestros y hombres dignos de Am�rica,
para denunciar los atropellos cometidos por la dictadura del General
Ib��ez contra los maes�tros que dirig�an la Asociaci�n General de
Profesores de Chile y desempe�aban cargos de responsabilidad en la
reforma educacional. |
|
|
|
INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES DE LA ENSE�ANZA. Mensaje a
la Primera Convenci�n Nacional de Maestros argentinos reunida en
C�rdoba (Enero de 1929). Amauta: N� 22; p�gs. 76-80. |
|
Plantea a la Convenci�n la necesidad de estudiar
tres problemas, a saber: la organizaci�n sindical de los maestros;
las relaciones de los maestros argentinos con los trabajadores de la
ense�anza del resto del mun�do; y la federalizaci�n de la ense�anza. |
(693 |
�Despu�s del Congreso de Montevideo. Amauta: N� 31; p�gs. 78-73. |
(694 |
Rese�a la preparaci�n, el programa y la acci�n
del II Congreso de Institutores de la Am�rica Latina, reunido en
Montevideo durante el mes de febrero de 1930 |
|
|
|
MARINO MANYARI, Mois�s. Hacia el Primer Congreso de
Normalistas. Labor: N� 7; p�g. 4. |
(695 |
Al ser elegido delegado de los maestros de Tarma
ante el mencionado Congreso, que deb�a celebrarse en fe�brero de
1929, anticipa las expectativas cifradas en su realizaci�n. |
|
|
|
MERCADO, Guillermo. Carta a los maestros del Per�. Amauta: N�
1; p�g. 16. |
(696 |
Inculca la convicci�n de que el maestro es un
legitimo portador de justicia y de verdad. Olvidado por el Estado,
el maestro forja individuos �tiles para la so�ciedad. El maestro,
revolucionario. |
|
|
|
NAVEA, Daniel A. Los aprendices brujos. Amau�ta: N� 26; p�gs.
87-90. |
(697 |
En su calidad de ex jefe de las escuelas normales
de Chile, Daniel Navea se dirige a Le�n Jeunehomme, educacionista
belga, contratado por el Gobierno de Chile para dirigir una
"reforma" de la ense�anza, que neutralizara el mal efecto causado
por el aplastamien�to de la efectiva Reforma auspiciada por los
elementos de la Asociaci�n General de Profesores. Defiende los
valores positivos de la Reforma, y reivindica la capaci�dad
demostrada por los profesores chilenos, contra los ataques del se�or
Jeunehomme. |
|
|
|
SEGUEL, Gerardo. La reacci�n en Chile contra los maestros.
Amauta: N� 23; p�gs. 81-83. |
(698 |
Sobre la disoluci�n de la Asociaci�n General de
Pro�fesores de Chile y la expulsi�n de sus dirigentes, lle�vadas a
cabo por el Gobierno del General Ib��ez en 1928. |
|
�En defensa de la Asociaci�n General de Pro�fesores de Chile. Labor:
N� 8; p�gs. 3-4. |
(699 |
Es trascripci�n del anterior. |
|
|
|
URQUIETA, Miguel Angel. Mensaje a la
Conven�ci�n Internacional de Maestros de Buenos Ai�res. Amauta: N�
11; p�gs. 3-4. |
(700 |
Cargando sus razonamientos de m�ltiples
referencias, defiende la importancia social del maestro, en quien ve
a un celoso conservador de los m s inapreciables valores humanos.
Plantea la tarea d� redimir al maes�tro americano, asegur�ndole una
vida digna. |
|
|
|
ANTROPOLOGIA |
|
|
|
DELGADO, M. Julio. Normas consuetudinarias y de cooperaci�n
ind�gena en materia agrope�cuaria. Amauta: N� 27; p�gs. 86-88. |
(701 |
|
|
FRANCO, .Alejandro. El aymara del siglo XX. Amauta: N� 23;
p�gs. 85-88. |
(702 |
Comprobando que "el indio actual piensa y hace",
sos�tiene que en �l se ha verificado una transformaci�n que anuncia
el despertar de la raza y favorece el destino de Am�rica. |
|
|
|
GARCIA, J. Uriel. El nuevo indio. Amauta: N� 8; p�gs. 19-20
(y 25). |
(703 |
Estima la conquista del Per� como una "tragedia
es�piritual", pues desvi� el desarrollo de la cultura incai�ca
haci�ndole perder su espontaneidad: Se esfuerza por redimir del
olvido la continuaci�n de la tradici�n In�caica a trav�s de los
trescientos a�os del coloniaje: Y al tratar sobre la acci�n del
conquistador en los Andes, juzga: "La emoci�n andina modific� el
alma del espa�ol", franque�ndole el acceso a la actitud he�roica. |
|
Con enmiendas y adiciones, apareci�
posteriormente en: "El Nuevo Indio", ensayos indianistas sobre la
sie�rra sur peruana (Cuzco, Editorial H. G. Rozas, 1930). V�ase:
p�gs. 95-103. |
|
|
|
ILLANES SOLIS, Belisario. El problema del indio en Bolivia.
Amauta: N� 12; p�gs. 39-40. |
(704 |
La vida del indio en �l altiplano. Indumentaria y
al�bergue del nativo. Higiene moral del aborigen. Algu�nas de sus
costumbres t�picas; coca, alcohol y malas comidas. Sus tendencias
hacia la agricultura y la ga�nader�a. Militarizaci�n del indio.
Maestros id�neos pa�ra abor�genes. Ministerio pro-ind�gena, y leyes
sociales protectoras de la raza aut�ctona. |
|
|
|
LOPEZ ALBUJAR, Enrique. Sobre la psicolog�a del indio.
Amauta: N� 4; p�gs. 1-2. |
(705 |
Sintetizando sus observaciones sobre el indio de Hu�nuco en 70
pinceladas, dice: "Una cosa es el indio en su ayllu, en su
comunidad, en su vida �ntima, y otra en la urbe del misti, en sus
relaciones con �l, como criado suyo o como hombre libre". |
|
|
|
PAREDES, Angel M. Carta. Amauta: N� 2; p�gs. 39-40. |
(706 |
Dirigida a Dora Mayer de Zulen, desde Quito, con
fecha 22 de julio de 1926. Defiende la capacidad de todas las razas
para desarrollar aspectos, de la cultura |
|
|
|
PERALTA, Antero V. Amor de indio. Amauta: N� 11; p�g. 29. |
(707 |
Sostiene que "el tipo de amor de los indios no cabe dentro de
ninguna clasificaci�n"; pero define este tipo de amor, como ingenuo,
"sin refinamiento alguno que haga presumir la lubricidad y sin
emotividad pro-funda que lleve hasta la pasi�n". |
|
�El indio no es pante�sta. Amauta: N� 15; p�gs. 24-25. |
(708 |
Rechaza aquellas opiniones que le atribuyen al
indio una m�stica pante�sta. Y, para fundamentar su aserto, se
remonta a la �poca de los incas, diciendo que "la concepci�n
metaf�sica m�s generalizada de entonces era la del heliozc�smo"; o
refiriendo que "en algunos lu�gares se entreven huellas de animismo
fetichista en la sicolog�a ind�gena". |
|
|
|
ROMERO, Emilio. La costumbre ind�gena y el derecho. Amauta:
N� 14; p�gs. 27-28. |
(709 |
Se�ala algunos aspectos del derecho
consuetudinario Ind�gena, para enmendar el olvido de los
legisladores peruanos. Dichos aspectos son: la permuta, la
compra-venta, la sociedad, el pr�stamo, el contrato de tra�bajo, la
denominaci�n de las tierras y las importantes consecuencias de su
confusa nomenclatura; medidas agrarias ind�genas. Conclusi�n. |
|
|
|
TAMAYO, Franz. Carta americana para americanos. Amauta: N� 3;
p�gs. 32-35. |
(710 |
Reivindicando la incomprensi�n del esp�ritu de la
"ra�za americana" explica, con ejemplos, que puede deberse a
razones: de tiempo, de espacio o distancia, de deficiencia
intelectiva, de incomprensibilidad .propia del objeto estudiado, de
heterogeneidad de almas y de naturaleza. |
|
|
|
VALCARCEL, Luis E. Detr�s de las monta�as. Amauta: N� 2;
p�gs. 8-9. |
(711 |
Trata sobre la vida en los ayllus, destacando la
parti�cipaci�n que en ella tiene la mujer que trabaja; son un mundo,
donde los indios viven "ignorados e igno�rantes de la pomposa
civilizaci�n europea". Adem�s, explica el origen de la "hipocres�a"
india y describe la realidad de los poblachos mestizos. |
|
�Los nuevos indios. Amauta: N� 9; p�gs. 3-4. Biblioteca Amauta, 1927
(p�gs. 81-89). |
(712 |
Cap�tulo de "T�mpestad en los Andes": Lima, Biblioteca Amauta, 1927
(p�gs. 81-89). |
|
Describe varios tipos de indios cuya sensibilidad
se abre a los est�mulos de la vida contempor�nea, a saber: el
"ponguito" que sirve en la casa del amo y es reque�rido por la ni�a;
los feligreses que aprovechan la au�sencia del aura, para desertar
de la Iglesia y clausurar el templo; los indios, siempre castigados,
que hallan la amistad del pastor adventista; y los que salen de la
escuela. |
|
�Sobre peruanidad. Amauta: N� 26; p�gs, 100‑ 101. |
(713 |
Distingue el Per� indio y el Per� moderno o
ibero-americano. Pero, bajo la influencia de una reciente lectura de
Frobenius, hace afirmaciones verdaderamente inexactas. Por ejemplo:
"Fuerte unidad y vita�lidad de estilo tiene el Per� indio, sus usos
y costum�bres inmemoriales apenas si han variado"; el Per� "sigue
siendo el hogare�o recinto de una antiqu�sima raza que descansa, en
sue�o fruct�fero, de gloriosas haza�as". Tal concepci�n es resultado
de una vieja manera de contemplar al indio, como a un ser que ha
proyectado todas las facultades de su alma en con-templar el pasado
y mira con hostilidad la obra de los "conquistadores". En realidad,
el indio es due�o de un notable poder de adaptaci�n, sabe comprender
los beneficios del progreso, y puede construir su porvenir. |
|
|
|
FOLKLORE |
|
|
|
DELGADO, M. Julio. Coreograf�a del siclla. La�bor: N� 10;
p�gs. 7-8. |
(714 |
Interpretaci�n de un baile indio, cuyas
evoluciones compara con el ceremonial de la Real Audiencia
esta�blecida durante el coloniaje. |
|
|
|
SABOGAL, Jos�. Los "mates" y el yarav�. Amau�ta: N� 26; p�gs.
18-20. |
(715 |
Nota sobre el arte an�nimo de los indios peruanos, Ilustrada con
reproducciones de los dibujos grabados en los "mates" serranos. |
|
|
|
SOCIOLOGIA |
|
|
|
ARBULU MIRANDA, Carlos. "La civilizaci�n
Contempor�nea", por Luis L�pez de Meza. Amauta: N� 3; p�g. 43. |
(716 |
|
|
CHAVEZ LEON, Fernando Luis. "La conciencia social", por Angel
M. Paredes. Amauta: N� 11; p�g. 43. |
(717 |
|
|
GARRO, J. Eugenio. El progreso como s�ntoma de evoluci�n
social. Amauta: N� 25; p�gs. 45-52. |
(718 |
|
|
INGENIEROS, Jos�. Terru�o, naci�n, humanidad. Amauta: N� 2;
p�gs. 17-19. |
(719 |
El terru�o es la patria del coraz�n: el amor al
terru�o es un imperativo natural. La naci�n es la patria de la vida
civil: el patriotismo nacional se extiende al ho�rizonte pol�tico;
el trabajo y la cultura son los sillares de la nacionalidad. La
humanidad es la patria del ideal: el patriotismo humano abarca el
horizonte cul�tural; la armon�a de los pueblos es la entelequia de
la humanidad. |
|
|
|
DERECHO |
|
|
|
CASTILLO, Luciano. "El habeas corpus", por Carlos S�nchez
Viamonte. Amauta: N� 11; p�g. 43. |
(720 |
|
|
CASTRO MORALES, M. Estados Unidos en la historia del Derecho.
Amauta: N� 9; p�gs. 29‑32. |
(721 |
Tanto en la Historia del Derecho Constitucional,
como en la Historia del Derecho Internacional P�blico, Esta-dos
Unidos no nos da una concepci�n nueva: mantie�ne la Idea del
Estado-poder. |
|
|
|
COX, Carlos Manuel. Spengler y el Derecho. Amauta: N� 13;
p�g. 31. |
(722 |
Expone aquella concepci�n spengleriana, seg�n la
cual falta a la cultura f�ustica culminar en el derecho la acci�n de
sus grandes sistemas. Lo critica, apoy�ndose parcialmente en
Keyserling; y afirma que si la cultura occidental est� en
decadencia, tambi�n est� en deca�dencia su derecho. |
|
|
|
DELGADO, M. Julio. Normas consuetudinarias
y de cooperaci�n ind�gena en materia agrope�cuaria. Amauta: N� 27;
p�gs. 86-88. |
(723 |
|
|
JIMENEZ DE ASUA, Luis. Los delitos pol�tico‑sociales. Amauta:
N� 13; p�gs. 7-8. |
(724 |
Trata sobre: la delincuencia evolutiva;
peligrosidad y defensa de clase; represi�n del delito pol�tico; el
estado presente; la soluci�n correcta. Sostiene, fundamen�talmente,
que "el solo procedimiento para dotar de paz a los pueblos y anular
los delitos pol�ticos es la justicia, �nico remedio causal
apropiado". |
|
�La muerte buena. Amauta: N� 24; p�gs. 44‑49. |
(725 |
Desarrolla el siguiente sumario: I, concepto de la Eu�tanasia; II,
bibliograf�a reciente (de la eutanasia); III, la defensa (de la
eutanasia); IV, la repulsa (de la euta�nasia); y V, eutanasia m�dica
y homicidio compasivo. |
|
�Libertad de amar. Labor: N� 3; p�gs. 1 (y 8). |
(726 |
Trata sobre: la crisis del matrimonio; el ejemplo
de Rusia; el verdadero concepto de la libertad de amar. Y en la
conclusi�n expresa su esperanza de que, en un futuro pr�ximo,
"cuando se hayan barrido las trabas que ahora nos ligan a
convencionalismos formalistas, el mejoramiento de las razas se
cumplir� autom�ticamente". |
|
|
|
MATEU CUEVA, Augusto. El factor econ�mico de la delincuencia.
Amauta: N� 23; p�gs. 88-90. |
(727 |
|
|
MAYER DE ZULEN, Dora. La idea del castigo. Amauta: N� 3;
p�gs. 35-36. |
(728 |
Considera que el pueblo de La Oroya, al matar al
co�misario Dittman, reaccionando contra sus abusos, no hizo otra
cosa que castigar �stos, actuando como juez. Versi�n de las
doctrinas penales expuestas en el juicio. |
|
�La f�rmula Kellog. Amauta: N� 5; p�gs. 9 |
(729 |
Sobre la f�rmula arbitral propuesta por los
Estados Unidos, para solucionar el conflicto entre Per� y Chile:
cesi�n de Tacna y Arica a Bolivia. |
|
|
|
MEXICO. Debate sobre la ciudadan�a hispano-americana. Amauta:
N� 15; p�gs. 18-21. |
(730 |
Reproduce el discurso pronunciado en el Senado
por Riginio Alvarez, sosteniendo su "iniciativa de acuer�do" sobre
la creaci�n de la ciudadan�a hispanoameri�cana; el dictamen de la
comisi�n nombrada para es�tudiar la iniciativa, as� como la reforma
que de �sta hizo aquella comisi�n; y la discusi�n. |
|
|
|
ORREGO. Antenor. "La ley como el cuchillo", por Carlos
S�nchez Viamonte. Amauta: N� 14; p�g. 43. |
(731 |
|
|
ROMERO. Emilio. La costumbre ind�gena y el Derecho. Amauta:
N� 14; p�gs. 27-28. |
(732 |
Se�ala algunos aspectos del derecho
consuetudinario ind�gena, para enmendar el olvido de los
legisladores peruanos. Dichos aspectos son: la permuta, la
compra-venta, la sociedad, el pr�stamo, el contrato de trabajo, la
denominaci�n de las tierras y las importantes consecuencias de su
confusa nomenclatura; medidas agra�rias ind�genas. Conclusi�n. |
|
|
|
SANCHEZ VIAMONTE, Carlos. La libertad individual
contempor�nea. Amauta: N� 9; p�g. 34. |
(733 |
Los derechos individuales, inherentes a la
persona hu�mana, concurren al mantenimiento del organismo so�cial.
Verdaderos y falsos derechos individuales. |
|
�Libertad y propiedad en el nuevo Derecho. Amauta: N� 10; p�gs.
7-8. |
(734 |
Define los "verdaderos derechos individuales",
como aquellos en los cuales "el sujeto y el objeto del de�recho se
confunden e identifican"; son cualitativos y no cuantitativos. El
habeas corpus es presentado, a continuaci�n, como acci�n y como
procedimiento para conservar y retener la libertad individual. |
|
�El nuevo Derecho. Amauta: N� 11; p�gs. 22-24. |
(735 |
Pr�logo a un libro del mismo t�tulo, original de Al�fredo L.
Palacios. |
|
|
|
RELACIONES INTERNACIONALES
CONFLICTO ENTRE PERU Y CHILE |
|
|
|
GUILLEN, Alberto. "Tacna y Arica", por Joa�qu�n Edwards
Bello. Amauta: N� 5; p�g. 43. |
(736 |
|
|
MARIATEGUI. Jos� Carlos. El arreglo peruano-chileno. Amauta:
N� 23; p�gs. 15-16. |
(737 |
Ante el arreglo de las diferencias
peruano-chilenas, sur�gidas por la posesi�n de Tacna y Arica, Jos�
Carlos Mari�tegui defiende �en nombre de AMAUTA� la po�sici�n
fraternizadora de la izquierda peruana, y denun�cia la hip�crita
demagogia de los latifundistas que hac�an propaganda chauvinista
desde el Gobierno y que, a espaldas del pueblo, vend�an a Chile sus
pro�ductos. Vaticina la futura uni�n de Chile y Per� en una
federaci�n de rep�blicas socialistas de la Am�rica Latina. |
|
|
|
MAYER DE ZULEN, Dora. Frente al imperialis�mo yanqui. Amauta:
N� 6; p�gs. 2-3. |
(738 |
Pronunci�ndose contra el proyecto de establecer un protectorado de
los Estados Unidos sobre las provincias de Tacna y Arica, en cuya
costa se establecer�a una base naval. |
|
�El J�piter de Am�rica. Labor: N� 4; p�gs. 5-6. |
(739 |
Afirma que Estados Unidos afianza su predominio
en Am�rica, merced a la influencia de J�piter; y que su patrocinio
troc� radicalmente las irreconciliables di�ferencias entre Per� y
Chile, orientando ambos pue�blos hacia el arbitraje. Se pronuncia
contra la Interna�cionalizaci�n de Arica �que Estados Unidos parec�a
proyectar en cierta etapa de �ste�, y opta porque dicha plaza
permanezca conquistada como Gibraltar o vuelva al seno de la Patria,
como en su tiempo vol�vi� Calais al seno de Francia. |
|
|
|
QUESADA. Ernesto. Carta. Amauta: N� 5; p�gs. 42-43. |
(740 |
Dirigida a Dora Mayar de Zulen, exponi�ndole opinio�nes sobre su
op�sculo titulado "Tacna y Arica". |
|
|
|
DISPUTA POR EL CHACO |
|
|
|
CONFEDERACION SINDICAL LATINO-AME�RICANA.
Manifiesto contra la guerra. Amauta: N� 20; p�gs. 83-85. |
(741 |
Se inspira en los incidentes que hac�an temer una guerra entre
Bolivia y Paraguay. |
|
|
|
CONFERENCIA SINDICAL SUDAMERICANA CONTRA LA
GUERRA, Primera. Resoluci�n sobre los peligros de guerra en
Am�rica Lati�na y particularmente entre Paraguay y Boli�via. Amauta:
N� 23; p�gs. 92-94. |
(742 |
|
|
INTERNACIONAL COMUNISTA, Secretariado Sudamericano de la. A
los obreros y campesi�nos de Paraguay y Bolivia. Amauta: N� 28;
p�gs. 93-94. |
(743 |
Presentando la propaganda oficial sobre el
peligro de una guerra entre ambos pa�ses, como favorable a las
maniobras de los caudillos pol�ticos. |
|
|
|
MAROF, Trist�n. Ni a Bolivia ni al Paraguay les interesa
econ�micamente el territorio del Cha�co. Labor: N� 6; p�g. 1. |
(744 |
|
|
RABINES, Eudocio. La disputa del Chaco. Amau�ta: N� 23; p�gs.
73-77. |
(745 |
Determina la realidad geogr�fica de la zona en
dispu�ta; describe la fisonom�a socio-econ�mica de Bolivia y
Paraguay, haciendo ver el grado de penetraci�n de las empresas
extranjeras; y presenta el petr�leo como eje de la disputa. |
|
|
|
VALDEZ, Abraham. La disputa internacional por el Chaco.
Amauta: N� 22; p�gs. 88-92. |
(746 |
Con el alarmante subtitulo de "Bolivia y
Paraguay, pa�ses beligerantes", trata los temas siguientes: el
Cha�co; 50 a�os de controversia; el conflicto y la amenaza de
guerra; llamados pacifistas y giro que toma el con�flicto; algunos
puntos de vista. |
|
|
|
INTERVENCION
NORTEAMERICANA EN NICARAGUA |
|
|
|
BARBUSSE, Henri. Carta al general Sandino. Amauta: N� 16;
p�gs. 92-93. |
(747 |
Saludando en �l a un soldado de la causa de las razas y
nacionalidades oprimidas. |
|
|
|
MAROF, Trist�n. Espartacus y Sandino. Amauta: N� 14; p�g. 26. |
(748 |
Expresando la unanimidad de la admiraci�n con que
el mundo contemplaba la resistencia de Sandino con�tra la
intervenci�n yanqui en Nicaragua. |
|
|
|
ROLLAND, Romain. Mensaje. Amauta: N� 6; p�g. 4. |
(749 |
Dirigido al comit� de la A.P.R.A. en Par�s,
asoci�n�dose a un mitin de protesta contra la intervenci�n yanqui en
Nicaragua. |
|
|
|
SANDINO, Augusto C�sar. Mensaje. Amauta: N� 16; p�g. 1. |
(750 |
Dirigido a la nueva generaci�n de trabajadores
ma�nuales e intelectuales de Am�rica Latina, por inter�medio de
AMAUTA. Fechado en El Chipot�n, a 20 de mayo de 1928. |
|
�Carta. Amauta: N� 20; p�gs. 94-95. |
(751 |
Dirigida a Luis Araquistain, desde El Chipot�n,
el 31 de julio de 1928. Aplaude la honradez que Araquistain
demuestra en su libro sobre "La Agon�a Antillana", al defender a los
pueblos amenazados por la expansi�n imperialista. |
|
|
|
UGARTE, Manuel. Manifiesto. Amauta: N� 16; p�g. 34. |
(752 |
En defensa de la independencia de Nicaragua,
lesio�nada por la intervenci�n yanqui. Lo respalda la adhe�si�n de
agrupaciones universitarias hispanoamericanas. |
|
|
|
UNION LATINOAMERICANA. Resoluci�n. Amauta: N� 11; p�g. 36. |
(753 |
Acordando enviar a Nicaragua una Delegaci�n Popu�lar
Latinoamericana. |
|
|
|
AMERICA
LATINA CONTRA EL
IMPERIALISMO |
|
|
|
BASADRE, Jorge. Mientras ellos se extienden. Amauta: N� 9;
p�gs. 9-13. |
(754 |
Cronolog�a sint�tica de la reciente acci�n yanqui
al norte de Panam�; en Nicaragua, Honduras, Cuba, Puerto Rico,
Hait�. Santo Domingo y Costa Rica. El Per� y el capital yanqui:
especialmente en cuanto a la industria del petr�leo. |
|
|
|
MARTINEZ DE LA TORRE, Ricardo. Ellos y no�sotros. Amauta: N�.
9; p�g. 35. |
(755 |
Bosquejo de la Ideolog�a antiimperialista de los pa�ses
latinoamericanos, frente a la sistem�tica expansi�n de los Estados
Unidos. |
|
|
|
MAYER DE ZULEN, Dora. Carta. Amauta: N�. 2; p�g. 40. |
(756 |
Dirigida a Angel M. Paredes. Tiene especial
inter�s por la escasa visi�n pol�tica que demuestra, al consi�derar
que la rivalidad de Jap�n y Estados Unidos po�dr�a influir en la
liberaci�n de Am�rica Latina. |
|
|
|
ULLOA, Alberto. Mensaje a la juventud de Pa�nam�. Amauta: N�
2; p�g. 32. |
(757 |
Propugna la lucha por la liberalizaci�n de Panam�, y la
internacionalizaci�n del Canal. |
|
|
|
PUNTOS DE VISTA
AMERICANISTAS |
|
|
|
ALIANZA POPULAR REVOLUCIONARIA AMERICANA,
C�lula de Par�s. Manifiesto. Amauta: N� 18; p�gs. 86-87. |
(758 |
En favor del proyecto sobre la ciudadan�a
continental, discutido en el Senado de M�xico. Presenta la
ciuda�dan�a continental como un arma utilizable en la lu�cha "contra
el conquistador extranjero y contra las oligarqu�as feudales
vendedoras del patrimonio nacio�nal". |
|
|
|
CARRANZA, Luis. Indo-hispanismo. Amauta: N� 18; p�g. 94. |
(759 |
Con esta denominaci�n pretende englobar los problemas del
latinoamericanismo y el indoamericanismo. |
|
|
|
ESPINOZA BRAVO, Carlos Alberto. Nuestra mi�si�n ante los
destinos de Am�rica. Amauta: N� 20; p�gs. 86-90. |
(760 |
Define el nuevo esp�ritu del mundo como resultado
de la lucha que el pasado sostiene "con el presente y con las
fuerzas porveniristas". A la decadencia de Occiden�te auscultada por
Spengler, opone la realizaci�n del destino de Am�rica; y, atendiendo
a la realidad, esti�ma que, para alcanzar su destino, los pueblos de
Am�-rica deben formar un "frente �nico contra todos los
imperialismos". Am�rica podr� forjar una nueva cul�tura y salvar los
destinos de la humanidad: la juventud debe cumplir tal misi�n. |
|
�"El desfile de banderas". Amauta: N� 28; p�gs. 87-89. |
(761 |
Se refiere al significado antiimperialista del desfile organizado
por la redacci�n de la revista "Universi�dad", en Bogot�, como
demostraci�n de fraternidad hispano-americana. |
|
|
|
FERNANDOIS, Francisco Javier. Mensaje a los estudiantes y
obreros peruanos. Amauta: N� 7; p�g. 34. |
(762 |
Como ex Presidente de la Federaci�n de Estudiantes de Chile, se
pronuncia por el "acercamiento peruano-chi�leno", cualesquiera que
sean las circunstancias que los intereses creados produzcan".
Plantea y esboza un programa de solidaridad continental. |
|
|
|
GALLEGOS, Gerardo. No existen nacionalidades en nuestra
Am�rica. Amauta: N� 13; p�g. 33. |
(763 |
Eco del poderoso influjo ejercido por la pol�tica boli�variana. |
|
|
|
GOICOCHEA, Eduardo J. Hacia la uni�n de los pueblos de la
Am�rica Latina. Amauta: N� 7; p�gs. 34-35. |
(764 |
Al volver de Chile, estima que los incidentes
diplom�ticos no son eco de la "transformaci�n radical del
pensamiento que orienta al pueblo hacia la uni�n de�finitiva y
fraterna con el Per�". |
|
|
|
GUILLEN, Alberto. "Am�rica", por Arturo Cap�devilla. Amauta:
N� 5; p�g. 43. |
(765 |
|
|
MARTINEZ DE LA TORRE, Ricardo. Por la uni�n de los pueblos de
la Am�rica Latina. Amauta: N� 11; p�g. 19. |
(766 |
Sobre el proyecto discutido en las c�maras
legislativas de M�xico, planteando el reconocimiento de la
ciudada�n�a continental. |
|
|
|
MAYER DE ZULEN, Dora. Am�rica para la humanidad. Amauta: N�
9; p�gs. 14-16. |
(767 |
Como oposici�n a la f�rmula que ha popularizado
la Doctrina de Monroe, plantea Dora Mayer el lema con que encabeza
el art�culo. Afirma que Estados Unidos es un pa�s sin nombre. |
|
|
|
MEXICO. Debate sobre la ciudadan�a hispano‑americana. Amauta:
N� 15; p�gs. 18-21. |
(768 |
Reproduce el discurso pronunciado en el Senado
por Higinio Alvarez, sosteniendo su "iniciativa de acuer�do" sobre
la creaci�n de la ciudadan�a hispanoameri�cana; el dictamen de la
comisi�n nombrada para es�tudiar la iniciativa; as� como la reforma
que de �sta hizo aquella comisi�n; y la discusi�n. |
|
|
|
ORREGO, Antenor. El gran destino de Am�rica. Amauta: N� 12;
p�gs. 13-14. |
(769 |
Se propone definir "que es Am�rica", como
realidad y como caso hist�rico. Y lo hace en los siguientes
par�grafos: La Am�rica, desgarr�n hist�rico; Am�rica, crisol de
razas y de pueblos; Am�rica, s�ntesis de cultu�ras; Am�rica,
equ�voco de Am�rica; y, Am�rica hac�a su americanizaci�n. |
|
|
|
SANCHEZ VIAMONTE, Carlos. Am�rica, universalidad. Amauta: N�
16; p�gs. 25-26. |
(770 |
Opina que el siglo XX ha de ser "el comienzo de
la era de Am�rica". Pero en �sta se oponen dos tipos hu�manos, el
saj�n y el latino. Y como "la evoluci�n humana conduce a la
solidaridad por el camino de la universalidad, se ha discutido si
�sta se lograr�, en Am�rica, mediante el cosmopolitismo o el
internacio�nalismo". O bien, se ha opuesto dos f�rmulas: "Am�rica
para los americanos", que envuelve un prop�sito imperialista de los
Estados Unidos; y "Am�rica para la humanidad", que representa la
resistencia idealista de los latinos. |
|
|
|
UGARTE, Manuel. Manifiesto a la juventud latinoamericana.
Amauta: N� 8; p�gs. 37-39. |
(771 |
Expone el malestar de la Am�rica Latina,
refiri�ndose ligeramente a sus causas. Y a manera de conclusi�n,
dice: "Basta de concesiones abusivas, de empr�stitos aventureros, de
contratos dolosos, de des�rdenes en�d�micos, y de pueriles pleitos
fronterizos". |
|
|
|
UNION LATINO-AMERICANA. Mensaje. Amauta: N� 16; p�g. 34. |
(772 |
Dirigido al Congreso Argentino, pidiendo la
condonaci�n de las deudas de guerra que el Paraguay fue con�denado a
pagar despu�s de la guerra de 1865-1870. |
|
|
|
VALCARCEL, Luis E. Hay varias Am�ricas. Amauta; N� 20; p�gs.
38-40. |
(773 |
Anota que la divisi�n en Am�rica del Norte, del Centro y del Sur ha
quedado invalidada por la especial pre�eminencia de las afinidades
hist�ricas y las diferencias raciales. Atendiendo a la conquista y
la colonizaci�n se habla de angloamericanos y latinoamericanos: m�s
exacto ser�a adoptar las lenguas como base para una denominaci�n, o
las razas. |
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VASCONCELOS, Jos�. El nacionalismo en la Am�rica Latina.
Amauta: Nos. 4 y 5; p�gs. 13‑16 y 22-24. |
(774 |
"Trabajo ardiente para comprometer el futuro,
para obligarlo a que esplenda de gloria: as� definir�a yo nuestra
manera de nacionalismo". Y, partiendo de esta definici�n, enjuicia
las influencias del despotismo virreinal y del caudillaje; el
recrudecido nacionalismo europeo de la postguerra y el ideal de
Federaci�n Ame�ricana; y la acci�n del idioma. "La civilizaci�n es
aho�ra un fen�meno realmente universal" �dice, estimando a un mismo
tiempo que Am�rica no puede ser re�servada a una sola raza. Am�rica,
como "ninguna otra zona del mundo, merece el t�tulo de pa�s riel
futuro". |
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PROBLEMAS INTERNACIONALES
CONTEMPORANEOS |
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ANDRADE, Juan. El imperialismo ya lucha de los pueblos
coloniales. Amauta: N� 15; p�gs. 32-35. |
(775 |
Es el capitulo inicial del libro titulado "China
contra el imperialismo": Madrid, Ediciones Oriente, 1928 (p�gs.
11-28). Se refiere al crecimiento de las tendencias ex�pansionistas,
a partir de 1894. Define "lo que significa en Oriente la
civilizaci�n occidental", vali�ndose del pensamiento de los
nacionalistas revolucionarios que en las colonias luchan contra el
imperialismo. Escla�rece la importancia del Pac�fico en las
ambiciones in�ternacionales que se cruzan en la China. Y expone la
situaci�n de Filipinas y Hawai. |
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|
CACHIN, Marcel. El imperialismo contra la U.R.S.S. Amauta: N�
25; p�gs. 85-89. |
(776 |
Extracto del discurso sobre la materia,
pronunciado en el Parlamento franc�s el 4 de diciembre de 1928
(Ma�drid, Editorial Europa-Am�rica, s. f.). |
|
Trata los siguientes temas: la U.R.S.S.
partidaria de la paz; el imperialismo franc�s contra la revoluci�n
rusa; el imperialismo polaco contra la U.R.S.S. |
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�El imperialismo contra la U.R.S.S. Bolet�n de Labor; p�g. 2. |
(777 |
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|
COMO explica el conflicto ruso-chino el decano de la prensa
burguesa. Bolet�n de Labor; p�g. 2. |
(778 |
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CONFEDERACION SINDICAL LATINO-AMERICANA. Manifiesto. N� 25;
p�gs. 89-91. |
(779 |
Sobro la ruptura de relaciones entre Rusia y China, ocurrida a
principios de 1929. |
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FALCON, C�sar. El orgullo ingl�s. Amauta N� 7; p�gs. 35-36. |
(780 |
Se refiere al conflicto anglo-chino de 1927. Y,
en con�clusi�n, estima que Inglaterra hizo aparecer como gra�ciosa
concesi�n el derecho arrancado por la acci�n na�cional del pueblo
chino, para no menoscabar su "in�marcesible autoridad de dominadora
del mundo". |
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|
MARIATEGUI, Jos� Carlos. La paz de Versalles. Amauta: N� 31;
p�gs. 9-16. |
(781 |
Texto de una conferencia pronunciada en la Univer�sidad Popular. |
|
Juzga que el Tratado d� Versalles "est� en
discusi�n permanente", porque "ha aportado nuevas causas de
inquietud, de desorden y de malestar". Revive los propositos y los
auspicios que dieron origen a la con�ferencia de Versalles, y hace
ver c�mo fueron modificadas las bases de la paz aceptadas por
Alemania, atendiendo al compromiso de los aliados y al programa de
Wilson. Luego analiza el contraste existente entre lo que debi� ser
la Sociedad de Naciones y lo que era, en la realidad. "No es tal
Sociedad de Naciones": "es una sociedad de gobiernos, es una
sociedad de Estados, es una liga del r�gimen capitalista"; y, en
buena cuen�ta, "es un homenaje involuntario de la burgues�a a
nuestro ideal proletario y clasista del internaciona�lismo". |
|
�La intervenci�n italiana en la guerra. Amauta: N� 32; p�gs. 8-16. |
(782 |
Texto de una conferencia pronunciada en la Univer�sidad Popular. |
|
Esclareciendo las causas de la intervenci�n
italiana en la guerra de 1914-18, opina que se debi� a causas
eco�n�micas y no a causas diplom�ticas y pol�ticas, pues "Italia
carec�a de libertad de acci�n, su neutralidad era imposible".
Atribuye la derrota de Caporetto a la escisi�n producida en la
retaguardia por los partida�rios de la neutralidad, pero advierte
que "desde que empez� a ser fuerte el frente pol�tico empez� a ser
fuerte el frente militar". Y, de la misma manera, la eficacia de la
intervenci�n de Estados Unidos y la pro�paganda de Wilson, as� como
la circunstancia de que la guerra no haya sido historiada por
militares sino por pol�ticos y soci�logos, se explica �seg�n Jos�
Car�los Mari�tegui�, por el derrumbe producido en el frente
austro-alem�n cuando los generales no pudieron mantener en el pueblo
la ilusi�n de una victoria. Termina, revisando brevemente la
revoluci�n rusa y su influencia en el t�rmino de la guerra. |
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|
|
SHAW, Bernard. El famoso pacto Kellog es un monumento de
estupidez. Labor: N� 5; p�g. 3. |
(783 |
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|
Conflicto chino-japon�s |
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|
MARTINEZ DE LA TORRE, Ricardo. China con�tra el imperialismo.
Amauta: N� 16; p�gs. 43-44. |
(784 |
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|
HISTORIA |
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HISTORIA DEL PERU |
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|
BASADRE, Jorge. Caudillaje y acci�n directa. Amauta: N� 6;
p�g. 11. |
(785 |
"El caudillaje es el resultado del choque entre
la democracia y la realidad criolla"; "es un modo elemental de
acci�n directa". El caudillaje desequilibra la democracia, pero
desplaza a la oligarqu�a y encum�bra a la clase media, favoreciendo
la democratizaci�n. |
|
|
|
GARCIA, J. Uriel. La m�sica incaica. Amauta: N� 2; p�gs.
11-12. |
(786 |
Explicaci�n sobre las ra�ces hist�ricas y sociol�gicas de la huanca,
el harawi, el huaino y la kjashua, y el hayarachi. "La m�sica india
no es explosi�n senti�mental de la desesperanza": es la m�sica de
"ese es�tado grave entre la realidad y la fantas�a". |
|
|
|
GARRO, J. Eugenio. Los "amautas" en la Historia peruana.
Amauta: N� 3; p�gs. 38-39. |
(787 |
Origen de la palabra "amauta". Los amautas y su participaci�n en el
cortejo de los Incas. Valor de la cultura incaica. |
|
�La Iglesia y el Estado. Amauta: N� 19; p�gs. 31-36. |
(788 |
En su segunda parte hace una sumaria s�ntesis de
las relaciones entre la Iglesia y el Estado peruanos. Presenta la
�ntima conexi�n de la autocracia y la re�ligi�n, durante el Incario.
En la Conquista, define las relaciones entre la Iglesia y el Estado
como, mari�daje establecido para someter al indio. |
|
|
|
ROMERO, Emilio. El Cuzco cat�lico. Amauta: N� 10; p�g. 54. |
(789 |
Califica como "furor pagano" el sentimiento que
in�corpor� a los indios entre los feligreses de la iglesia cat�lica
Pero, lejos del Cuzco virreinal, "la masa ind�gena ejerc�a en la
evoluci�n social una influencia m�s poderosa que los conventos".
Parece que en ra�z�n de un cambio en el car�cter de los mismos
curas: catequistas, en un principio; instintivos y prosaicos
despu�s. |
|
|
|
SANCHEZ CONCHA DE PINILLA, Mar�a Isabel. La Pascua del Sol:
Intip Raymi. Amauta: N� 3; p�gs. 30-31. |
(790 |
|
|
URQUIETA, Miguel Angel. El mapuche. Amauta: N� 3; p�gs.
28-29. |
(791 |
Episodio de la guerra peruano-chilena. |
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|
VALCARCEL, Luis E. Sumario de Tawantinsuyo. Amauta: N� 13;
p�gs. 29-30. |
(792 |
Extensi�n geogr�fica y apogeo pol�tico de la
confedera�ci�n de tribus quechuas. Sus bases fueron: la gran
vialidad, la colonizaci�n rec�proca, la lengua oficial, el acuerdo
entre centralizaci�n y econom�a tribal, el ca�r�cter de las
conquistas, el tributo. El trabajo. Con�sideraciones actuales. |
|
|
|
ZARATE, Fidel A. El parlamentarismo y el pre�sidencialismo en
el Per�. Amauta: N� 25; p�gs. 28-36. |
(793 |
Declara su intenci�n de estudiar solamente la
tenden�cia hac�a uno u otro sistema, alej�ndose de estudiar-los
netamente. Pero, necesitando precisar las bases de su enfocamiento,
comienza por trazar una deficien�te caracterizaci�n del
parlamentarismo y del presiden�cialismo. Luego, califica como mixto
al sistema peruano, porque es "presidencialismo con apariencia de
parlamentarismo". Intenta definir los caracteres ge�nerales del
r�gimen parlamentario peruano y del r�gi�men presidencial peruano.
Estudia, por �ltimo, la evo�luci�n de la tendencia seguida por los
gobiernos perua�nos bas�ndose en el dictado de las constituciones,
libe�rales (como las de 1823, 1828, 1867 y 1919) o conser�vadores (com�
las de 1826, 1834, 1839 y 1860). |
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HISTORIA DE AMERICA |
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FONCUEVA, Jos� A. Nov�simo retrato de Jos� Mart�. Amauta: N�
14; p�gs. 22-24. |
(794 |
Presenta a Mart� como: m�stico, pensador,
escritor, ora�dor, poeta, educador y patriota. Adem�s, estudia el
pensamiento social de Jos� Mart�. |
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|
HAYA DE LA TORRE, V�ctor Ra�l. El problema hist�rico de
nuestra Am�rica. Amauta: N� 12: p�gs. 21-23. |
(795 |
Aborda los siguientes t�picos: el nombre de
Am�rica; m�todo dial�ctico; evoluci�n, revoluci�n, violencia; la
tesis americana precolombina; ant�tesis hisp�nica; la s�ntesis
colonial. Y a continuaci�n trata de dilucidar si "la revoluci�n de
la independencia fue un movi�miento de emancipaci�n integral",
enfocando los si�guientes aspectos de ella: determinismo econ�mico;
la significaci�n del h�roe; yuxtaposici�n de razas y de sistemas
pol�ticos, coexistencia de etapas sociales; nues�tra Am�rica
democr�tica o antidemocr�tica. |
|
|
|
ROMERO, Emilio. Sobre "Las huellas de los conquistadores".
Amauta: N� 23; p�gs. 12-15. |
(796 |
No es un comentario del libro de Carlos Pereyra.
Es una seria y detenida confirmaci�n de las grandes matanzas de
ind�genas peruanos, realizadas por los conquistadores; est�
respaldada por los testimonios de los cronistas y estima que, para
hacer una exacta apreciaci�n de esas matanzas, habr�a que calcular
el n�mero de habitantes que en tiempo de los incas ten�a el Per�,
haciendo para ello un estudio c�e la geo�graf�a de la alimentaci�n
en aquella �poca. Glosa, as�, un aserto de Carlos Pereyra: "la
despoblaci�n del Per� es una f�bula". |
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Problema hist�rico de la
revoluci�n mexicana |
|
|
|
ARAQUISTAIN, Luis. El aspecto agrario de la revoluci�n
mexicana. Amauta: N� 20; p�gs. 79‑82. |
(797 |
En primer lugar, Araquistain recalca los
principales beneficios acarreadas por la revoluci�n mexicana;
ex�propiaci�n de los grandes latifundios; lucha contra la
resistencia de los latifundistas expropiados; y eleva�ci�n del nivel
econ�mico y espiritual del indio. Jus�tifica la revoluci�n mexicana,
haciendo ver la excesiva concentraci�n de la propiedad de la tierra
y, como prueba elocuente, da las cifras en que se expresaban las
extensiones superficiales de los grandes latifun�dios. Precisa los
caracteres de la deformaci�n de la econom�a mexicana y, por �ltimo,
da a conocer las tristes consecuencias que tuvo para la poblaci�n y
a�n para la pol�tica exterior del pa�s. |
|
|
|
ATL, Doctor. Cinem�tica mexicana. Amauta: N� 3; p�g. 27. |
(798 |
Trata sobre: la revoluci�n; el gobierno; el pa�s; las organizaciones
obreras; el agrarismo; la producci�n es�crita. |
|
|
|
BUSTAMANTE, Luis F. "La revoluci�n mexi�cana", por Luis
Araquistain. Amauta: N� 23; p�gs. 102-104. |
(799 |
Al comentar el itero de Araquistain, Luis F. Busta�mante discute la
fisonom�a pol�tica de la revoluci�n mexicana y le niega car�cter
socialista. Es una cr�ti�ca detenida y pol�mica. |
|
�"La revoluci�n mexicana", por Luis Araquistain. Labor: N� 8; p�g.
2. |
(800 |
|
|
CASANOVAS, Mart�. M�xico despu�s de la muerte de Obreg�n.
Labor: N� 1; p�gs. 1-2. |
(801 |
Expone la correlaci�n de las fuerzas pol�ticas
mexica�nas, al producirse la crisis ocasionada por el asesi�nato del
general Alvaro Obreg�n, presidente electo. Y traza un cuadro del
desarrollo social que podr�a ser afectado por dicha crisis. |
|
|
|
COSCO MONTALDO, J. Oscar. M�xico y Vasconcelos. Amauta: N�
18; p�gs. 87-92. |
(802 |
Despu�s del asesinato de Obreg�n, Vasconcelos
plan�te� una serie de observaciones a la pol�tica del gene�ral
Calles, refiri�ndose en particular a sus conniven�cias con la
diplomacia yanqui, manifestadas en: el su-ministro de armas y
municiones, por parte de los Es�tados Unidos; la persecuci�n de los
cat�licos; las ges�tiones para obtener empr�stitos yanquis; y la
transac�ci�n sobre las concesiones petrol�feras. A dichas
ob�servaciones se refiere minuciosamente el autor, de�fendiendo la
pol�tica callista. Y, para terminar, trata sobre la pol�tica
represiva de Calles (particularmente contra el movimiento Serrano-de
la Huerta), as� como a las operaciones que Obreg�n celebr� con el
gobier�no para estimular --seg�n Vasconcelos� el desarrollo de sus
propios bienes. |
|
�M�xico y Vasconcelos. Labor: N� 1; p�gs. 2-3. |
(803 |
|
|
HURWITZ, Jacobo. Panorama de la pol�tica
me�xicana: el movimiento reaccionario G�mez-Serrano-de la Huerta.
Amauta: N� 10; p�gs. 23-24. |
(804 |
Antecedentes: elecciones presidenciales para el
per�o�do 1928-32; actuaci�n pol�tica de Alvaro Obreg�n. Ar�nulfo
G�mez y Francisco Serrano, candidatos. La se�dici�n del 2 de Octubre
de 1927: acci�n del gobierno; estado de la situaci�n. |
|
|
|
LIGA CONTRA EL IMPERIALISMO. Manifies�to contra el terror, la
reacci�n y la traici�n en M�xico. Amauta: N� 29; p�gs. 91-93. |
(805 |
�La prisi�n de Esteban Pavletich en M�xico. Amauta: N� 30; p�g. 97. |
(806 |
�Manifiesto, a todas las organizaciones revolu�cionarias
antiimperialistas. Amauta: N� 30; p�gs. 100-101. |
(807 |
Suscitando una protesta continental contra el reac�cionarismo del
gobierno mexicano, obediente a los mandatos del imperialismo yanqui. |
|
|
|
MARTINEZ DE LA TORRE, Ricardo. La revo�luci�n mexicana y el
clero. Amauta: N� 12; p�gs. 26-28. |
(808 |
|
|
MODOTI, Tina. La contrarrevoluci�n mexicana. Amauta: N� 29;
p�gs. 94-95. |
(809 |
|
|
PAVLETICH, Esteban. La revoluci�n mexicana �revoluci�n
socialista? Amauta: Nos. 26 y 28; p�gs. 57-67 y 30-36. |
(810 |
Expone el proceso de formaci�n del feudalismo
mexi�cano, durante la dominaci�n espa�ola; su prolonga�ci�n, a
trav�s de la primera �poca de la independen�cia; la lucha del Estado
contra la Iglesia, considera-da como instituci�n econ�mica; y la
torpe pol�tica de las "compa��as desl�ndadoras" creadas por ley de
1875. Luego describe la situaci�n econ�mica de M�xico, al
producirse la revoluci�n de 1910; caracteriza la ingerencia del
imperialismo en el curso de la re�voluci�n. Y, tratando de definir
la orientaci�n po�l�tica seguida por la revoluci�n, estudia la carta
cons�titucional de 1917, la agrupaci�n de las clases sociales
despu�s de la revoluci�n y las tendencias econ�micas del gobierno
revolucionario. Concluye neg�ndole fiso�nom�a socialista a la
revoluci�n mexicana, por ser "su realidad econ�mica y social
fundamentalmente feuda�les". |
|
|
|
PEREZ REINOSO, Ramiro. La Iglesia contra el Estado en M�xico.
Amauta: N� 1; p�g. 29. |
(811 |
"El articulado eclesi�stico de la constituci�n de
1917 es arreligioso para garantizar la libertad de creencias". Odios
partidistas en la reacci�n clerical. La iglesia romana,
colonialista. |
|
|
|
RABINES, Eudocio. El termidor mexicano. Amauta: N� 23; p�gs.
77-81. |
(812 |
Hace una sumar�a historia de la revoluci�n
mexicana, a trav�s de sus caracteres sobresalientes. Despu�s de la
muerte de Obreg�n, el gobierno fue conservado por el partido
obregonista; en el orden sindical, la C.R.O.M. estaba regida por una
ideolog�a h�brida y una burocra�cia oportunista; Vasconcelos,
candidato presidencial en las elecciones de 1929. Para continuar la
revoluci�n y evitar una reacci�n termidoriana, el proletariado de
M�xico debe conservar su independencia de acci�n. |
|
�El termidor mexicano. Labor: N� 8; p�g. 3. |
(813 |
|
|
RAMOS PEDRUEZA, Rafael. La revoluci�n me�xicana frente a
Yanquilandia. Amauta: N� 12; p�gs. 34-36. |
(814 |
Presenta los hechos caracter�sticos del
desarrollo his�t�rico del imperialismo yanqui, desde mediados del
si�glo XVIII hasta la �poca de las dictaduras, en la se�gunda decena
del presente siglo. Luego compendia la historia de M�xico, desde la
emancipaci�n, mencio�nando los esfuerzos que Estados Unidos hac�a
para convertirlo en colonia, la obra de Ju�rez, el servilismo de
Porfirio D�az ante el capitalismo extranjero, la revoluci�n
maderista, la reacci�n de Huerta, el empu�je del pueblo mexicano
durante el repudio del huer�tismo, a revoluci�n constitucionalista
de Carranza, la presidencia de Obreg�n. Define la revoluci�n como
"in�teligentemente libertaria y nacionalista". |
|
|
|
SILVA HERZOG, Jes�s. El problema agrario de M�xico y la
revoluci�n. Amauta: N� 20; p�gs. 32-36. |
(815 |
Estudia el problema agrario mexicano desde la
�poca colonial. Entonces se divid�a la propiedad de la tierra entre
los espa�oles, la iglesia y los pueblos; pero pau�latinamente fue
creciendo la propiedad de los dos pri�meros grupos, a costa de la
progresiva expropiaci�n de los pueblos. Justifica, por esto, la
daci�n de la ley de 1856, que inhabilitaba a la Iglesia para poseer
bie�nes ra�ces, haciendo ver que las tierras de �sta pasa-ron a los
grandes propietarios, e insiste en lo acen�tuada que lleg� a ser la
concentraci�n de la propiedad territorial bajo el gobierno de
Porfirio D�az. Contra este mal insurgi� Madero, cuya acci�n se
revel� en le programa agrario de la revoluci�n zapatista y en la ley
del 6 de enero de 1915, promulgada por el gobierno del general
Venustiano Carranza. |
|
�El problema agrario de M�xico y la revoluci�n. Labor: N� 6; p�g.
6. |
(816 |
|
|
SOCORRO ROJO INTERNACIONAL. Circular. Amauta: N9 30; p�g. 98. |
(817 |
Haciendo un llamado a la solidaridad con los
militan-tes mexicanos en huelga de hambre, en la prisi�n de las
Islas Mar�as. |
|
|
|
TERREROS, Nicol�s. Panorama de la pol�tica
mexicana: el movimiento reaccionario G�mez-Serrano de la Huerta.
Amauta: N� 10; p�gs. 23-24 |
(818 |
En colaboraci�n con Jacobo Hurwitz. V�ase; (804. |
|
|
|
HISTORIA GENERAL |
|
|
|
COX, Carlos Manuel. "El esquema de la histo�ria", por H. G.
Wells. Amauta: N� 2; p�g. 42. |
(819 |
|
|
GARBO, J. Eugenio. "La vie d'Attila", por Mar�cel Brion.
Amauta: N� 20; p�gs. 98-99. |
(820 |
Sin criticar el libro, esboza una caracterizaci�n de Ati�la, en
conformidad con el trabajo de Marcel Brion. |
|
|
|
LAMARQUE, Nydia. La vida heroica de Rosa Luxemburgo. Amauta:
Nos. 28, 29 y 30; p�gs. 9-15, 76-85 y 78-87. |
(821 |
|
|
Historia de Espa�a |
|
|
|
BUSTAMANTE, Luis F. "La revoluci�n espa�o�la", por Carlos
Marx. Amauta: N� 24; p�gs. 98-100. |
(822 |
|
|
GOBETI, Piero. Un perseguidor de an�rquicos. Amauta: N� 24;
p�gs. 10-12. |
(823 |
Ensayo sobre la orientaci�n pol�tica de Donoso Cort�s. |
|
|
|
MARX, Carlos. Espartero. Amauta; N� 24; p�gs. 1-9. |
(824 |
Es un cap�tulo del libro sobre "La revoluci�n espa�o�la", publicado
por la Editorial Cenit en 1931. |
|
|
|
ZARATE, Fidel A. "Or�genes del r�gimen cons�titucional en
Espa�a", por Melchor Fern�ndez Almagro. Amauta: N� 25; p�gs. 83-85. |
(825 |
|
|
Historia de Rusia |
|
|
|
MARIATEGUI, Jos� Carlos. Lenin. Amauta: N� 30; p�gs. 11-14. |
(826 |
Elogiosa semblanza, aparentemente escrita antes
de la muerte de Lenin. Expresa la comprensi�n del signifi�cado
hist�rico y social de su obra. |
|
|
|
MARTINEZ DE LA TORRE, Ricardo. "C�mo to�maron el poder los
bolcheviques", por John Reed. Labor: N� 1; p�g. 6. |
(827 |
|
|
PESCE, Hugo. La revoluci�n dekabrista. Amauta: N� 4; p�gs.
34-36. |
(828 |
Estudio de los antecedentes, el desarrollo y el
significa-do de la revoluci�n estallada el 14 de diciembre de 1825,
en San Petersburgo, contra el zar Alejandro I. |
|
|
|
SOREL, Jorge. Defensa de Lenin. Amauta: N� 9; p�gs. 25-27. |
(829 |
|
|
TROTZKY, Le�n. Vladimiro Illich Len�n. Amau�ta: N� 9; p�gs.
15-20. |
(830 |
|
|
ECONOMIA |
|
|
|
PROBLEMAS ECONOMICOS
CONTEMPORANEOS |
|
|
|
BACH, Fritz. El imperialismo, un fen�meno econ�mico. Amauta:
N� 19; p�gs. 50-52. |
(831 |
�El imperialismo, un fen�meno econ�mico. Labor: N� 2; p�g. 4. |
(832 |
|
|
MARTINEZ DE LA TORRE, Ricardo. Aspectos de la estabilizaci�n
capitalista. Amauta: N� 21; p�gs. 65-71. |
(833 |
Destaca la empe�osa labor de la prensa
reaccionaria de todo el mundo, para no esclarecer ante las masas los
principales problemas pol�ticos y econ�micos. Luego opone la
estabilizaci�n capitalista y la estabilizaci�n proletaria, la
prosperidad de post-guerra y la recons�trucci�n emprendida por el
pueblo ruso desde el po�der. Explica la esencia de las principales
contradiccio�nes nacionales e internacionales, y presenta el
desarro�llo de algunos renglones de la producci�n agr�cola e
industrial, comparando los n�meros �ndices correspon�dientes a la
Uni�n Sovi�tica y a Europa. Concluye con una serie de
consideraciones pol�ticas, a trav�s de las cuales se considera a
Rusia como "acelerador de la victoria proletaria". |
|
|
|
ORZABAL QUINTANA, Arturo. La crisis agraria universal. Labor:
N� 5; p�gs. 7-8. |
(834 |
Compara las actividades agr�colas de Estados Unidos, Argentina y
Rusia, para aclarar los alcances de la crisis. |
|
|
|
RABINES, Eudocio. La etapa del monopolio capitalista, Amauta:
N� 16; p�gs. 29-32. |
(835 |
Establece las diferencias existentes entre el
imperia�lismo territorial de la antig�edad y el imperialismo
eco�n�mico de nuestra �poca. Luego puntualiza los carac�teres de
�ste: monopolio capitalista, capital financiero, exportaci�n de
capitales, concurrencia de los monopolios en el mercado mundial,
antagonismo irreductible en�tre los imperialismos concurrentes. Y,
en particular, estudia el monopolio capitalista, refiri�ndose a:
con�currencia y concentraci�n de capitales; los instrumen�tos del,
monopolio; y la nueva etapa econ�mica. |
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�El capital financiero. Amauta: N� 19; p�gs. 21-31. |
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Estudia el capital financiero como elemento
distintivo del imperialismo. Previamente traza una rese�a his�t�rica
de la g�nesis y evoluci�n del capital, discu�tiendo las teor�as que
intentan definir su naturaleza. En el estadio precapitalista
distingue la antig�edad, la �poca posterior a la ca�da de Roma y la
pre�renacentista. Luego trata sobre la expansi�n de los mercados y
la evoluci�n de la manufactura. Y, en los antecedentes del capital
financiero, considera el capital comercial y el capital industrial,
as� como a su prin�cipal instrumento, el Banco. |
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�Los instrumentos del capital financiero. Amauta: Nos. 21 y 22;
p�gs. 1-8 y 37-42. |
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Estudia los instrumentos del monopolio
capitalista, destacando el papel que en su desenvolvimiento
co�rresponde a los bancos. Expresamente se refiere a la intervenci�n
de �stos en el manejo de la deuda p��blica y a la importante
participaci�n del cr�dito en la concentraci�n de capitales. A
continuaci�n trata sobre el desarrollo del monopolio bancario,
bas�ndose en las actividades del Banco de Inglaterra y las
ins�tituciones bancarias estadounidenses, en el sistema de los "chartered
banks" candienses y el r�pido creci�miento de los bancos japoneses.
En cada caso inser�ta cuadros estad�sticos, con el n�mero de bancos
y el monto de las inversiones, de los empr�stitos, de los dep�sitos
y del capital. |
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RACIONALIZACION capitalista del trabajo (La). Amauta: N� 17;
p�gs. 81-83. |
(838 |
Divulgaci�n en torno a la importancia, caracteres y consecuencias de
este fen�meno econ�mico contem�por�neo. |
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